El universo está regido por leyes universales inquebrantables y omnipresentes. Una de estas leyes es la ley del mínimo esfuerzo.
La ley de mínimo esfuerzo es, probablemente, la que permite predecir con mayor precisión el comportamiento de cualquier proceso natural y de cualquier ser vivo, incluyendo el ser humano.
En base a esta ley, cualquier persona invertirá el mínimo esfuerzo para realizar cualquier acción o, dicho de otra forma, gastará la mínima cantidad de energía posible para llevar a cabo cualquier tarea u objetivo.
Por tanto, puede parecer que estemos condenados a ser unos holgazanes y a no poder cumplir ningún propósito complicado, ya que esta ley nos lleva a desfallecer en cuanto aparecen las primeras dificultades, ¿no es así?
Pues en principio, así debería ser. Sin embargo, el mundo está lleno de personas trabajadoras, de gente perseverante que lucha hasta el final por lo que quiere y de individuos que nunca se dan por vencidos a pesar de las complicaciones que aparezcan en el camino.
Entonces, ¿dónde está el fallo?
No hay fallo ninguno. Incluso estas personas actúan según la ley del mínimo esfuerzo (recuerda, nadie puede liberarse de las leyes universales). No obstante, consciente o inconscientemente, pueden utilizarse algunos trucos, y hay ciertos condicionantes que debemos considerar.
A continuación, te explicaré cómo funciona la ley del mínimo esfuerzo, y te contaré el secreto para que puedas utilizarla para conseguir cualquier cosa que te propongas, por muy complicada que sea.
Cómo opera la ley del mínimo esfuerzo
Así opera la ley del mínimo esfuerzo. Foto vía Shutterstock
Como te contaba al principio, la ley del mínimo esfuerzo hace que invirtamos la mínima cantidad de energía posible a la hora de llevar a cabo cualquier objetivo o tarea.
Siendo la supervivencia la tarea u objetivo principal de cualquier ser vivo, si ésta no está garantizada, destinaremos todos nuestros recursos energéticos a ello. De esto se ocupa la ley del instinto de supervivencia.
Si viviéramos en estado salvaje, para sobrevivir deberíamos realizar tareas como buscar comida en el bosque, procurar una cueva donde pasar la noche, encontrar una pareja con la que procrear y, si es posible, integrarnos en una comunidad donde sentirnos protegidos.
Afortunadamente, en nuestra sociedad “moderna”, estas necesidades están más o menos garantizadas; pero, para obtenerlas, debemos comprarlas con dinero. Por ese motivo, invertimos gran parte nuestro tiempo y energía en formarnos y realizar un trabajo que nos permita obtener los recursos económicos necesarios.
Sólo cuando sentimos que nuestras necesidades básicas están cubiertas, empezamos a pensar en algo más. En ese momento, tal y como explica Maslow mediante su teoría piramidal, comenzamos a preocuparnos por otros ideales, como tener mayores estudios, fundar una empresa, realizar un gran viaje o crear un proyecto de ayuda humanitaria.
Sin embargo, biológicamente hablando, cualquier cosa que vaya más allá de la supervivencia no sólo es secundaria, sino que supone una pérdida energética, lo cual va en contra de la ley del mínimo esfuerzo.
Entonces, ¿cuál es el secreto para conseguir grandes objetivos?, ¿cuál es el truco para llevar a cabo grandes y costosos proyectos que nos obligan a darlo todo?
Para entenderlo, te voy a explicar…
La paradoja de las adicciones y la ley de mínimo esfuerzo
Las adicciones crean una aparente paradoja con la ley del mínimo esfuerzo. Foto vía Shutterstock.
Hacer es siempre más difícil y costoso que NO hacer, puesto que requiere más energía, tiempo o dinero; ¿cierto?
Por tanto, siempre tendemos a no hacer antes que a hacer, tal y como marca la ley del mínimo esfuerzo.
Por ejemplo:
- Es más fácil no levantarse por la mañana para ir a trabajar que hacerlo.
- Es más simple no hacer deporte para mejorar tu salud que empezar un programa regular de ejercicio.
- Es más cómodo no tener estudios que pasarse cuatro o cinco años estudiando una licenciatura.
- Es más sencillo buscarse excusas para no hacer un gran viaje que gastarse dinero para ir a un país exótico, planificar una ruta y hacer los preparativos necesarios para que todo salga bien.
Como ves, las adicciones son entidades que parecen ir en contra de la ley del mínimo esfuerzo, porque alimentarlas requiere un gasto extra de tiempo, dinero y energía. Además, nuestra supervivencia no depende de ellas y, por si no fuera poco, tienen efectos secundarios perjudiciales. Algunos ejemplos:
- Ser adicto al tabaco es más costoso en términos de gasto de tiempo y dinero que no serlo. Y encima, acabamos deteriorando nuestra salud cardio-respiratoria (y la de los demás).
- Si eres adicto al trabajo, tenderás a pasar más tiempo del establecido en la oficina, aunque no necesites más dinero. Ello te acaba quitando tiempo para otras cosas y, por tanto, perjudicará tu equilibrio emocional, familiar y/o social.
- La gente adicta a ciertas emociones o comportamientos, como la violencia, tiende a actuar de forma agresiva ante situaciones que se gestionarían mejor de otro modo. Ese gasto extra de energía suele dificultar sus relaciones laborales, personales, de pareja…
A pesar de todo, todos somos adictos a alguna cosa. Todos tenemos algún vicio confesado o inconfesable.
Curiosamente, cuando se trata de lograr nuevos objetivos, cumplir sueños o luchar por nuestros ideales, nos volemos perezosos y nos rendimos a las primeras de cambio.
Es decir, gastamos grandes cantidades de tiempo y energía para alimentar vicios que nos perjudican; pero, cuando se trata de luchar por proyectos personales que nos harían felices, nos alineamos con la ley del mínimo esfuerzo para no mover el culo.
Entonces, ¿qué podemos hacer para lograr la fuerza necesaria con la que conseguir nuestros objetivos?
Ahora te lo explico.
Cómo utilizar la ley del mínimo esfuerzo para llegar a lo máximo
Usando la ley del mínimo esfuerzo para llegar a lo máximo. Foto vía Shutterstock
En la vida todo se puede lograr, pero con condiciones.
Para lograr tus objetivos debes conocerte a ti mismo, saber elegir aquello que necesitas y utilizar adecuadamente las leyes universales (como la ley del mínimo esfuerzo).
¿Qué ocurre en el caso de las adicciones? Que las adquirimos por desconocimiento de nosotros mismos; de hecho, habitualmente, son las adicciones las nos eligen a nosotros en función de nuestras carencias personales, de las que –muchas veces– ni siquiera somos conscientes.
Estas adicciones, como cualquier otra entidad de la realidad, tienen su propio instinto de supervivencia; así que, una vez asentadas en tu interior, tienden a sobrevivir y, para lograrlo, te obligan a gastar la energía mínima que ellas necesiten; aunque ello vaya en contra de tu propia salud y supervivencia.
Siguiendo el ejemplo de las adicciones y aplicándolo a la vida cotidiana, ¿cuál es mi propuesta?
Que te transformes en adicto de forma deliberada y a conciencia; esto es, eligiendo bien la adicción que quieras en función de lo que realmente necesites.
Ello implica haber identificado tus necesidades, tus metas y tus verdaderas prioridades; así como haber aprendido otras habilidades, como hablar con tu Esencia y convertirla en tu guía o brújula interna. (Para profundizar más en el tema, te recomiendo mi libro, El despertar de la Esencia)
Es entonces cuando realmente eres capaz de identificar los proyectos, sueños y propósitos que anhela tu alma para seguir creciendo y evolucionando.
En ese momento, verás claro lo que quieres. Tal vez necesites fundar una ONG, dedicar tu vida a crear una empresa o empezar unos nuevos estudios. O puede que decidas dejarlo todo e irte de viaje, tener un hijo o escribir un libro.
Sea lo que sea, será algo que vas a necesitar imperiosamente para sentirte realizado y ser verdaderamente feliz. Por consiguiente, cumplir ese objetivo será una necesidad básica para tu supervivencia; y es que, cuando la vida que llevas deja de tener sentido (o cobra uno nuevo), cambiarla se convierte en la única forma de sobrevivir.
En ese instante, te conviertes en un adicto, un adicto a tus sueños, metas y proyectos; y te enganchas a cumplir objetivos que repercuten positivamente en tu vida, y también en la de los demás.
Te conviertes en un adicto cuyo impulso por alimentar su adicción es tan grande que ya nada puede pararte; porque la energía necesaria para avanzar hacia tu objetivo proviene de ti mismo, y entonces ya no dependes de nada ni de nadie.
Y, aunque no lo creas, seguirás usando la ley del mínimo esfuerzo, pero la estarás usando a tu favor, no en tu contra.
Seguirás haciendo lo mínimo para lograr lo que necesita tu alma: cumplir sus sueños e ilusiones más profundas; pero puede que tus sueños sean grandes; tus objetivos, descomunales; y tus proyectos; faraónicos.
Por tanto, para poder cumplirlos vas a tener que darlo todo, vas a tener que dar lo máximo de ti. Y lo harás con gusto, naturalidad, satisfacción y tranquilidad. Pero, como acabo de decirte, ese máximo va a ser, para ti, lo mínimo. Lo mínimo para lograr tu felicidad, sentirte realizado y poder morir en paz.
Y es que la muerte más trágica no es el día de tu muerte física, sino el día en que mueren tus sueños, tus ilusiones y tus ganas de seguir creciendo.
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¿Y tú?
¿Te sientes preso de la ley del mínimo esfuerzo? ¿Tienes alguna adicción que te impida avanzar? ¿Por qué objetivos o proyectos serías (o has sido) capaz de dar el máximo de tu tiempo y energía?
Me encantaría escuchar tu opinión en los comentarios, justo aquí abajo…
P.D. Foto de portada vía Shutterstock
HOLA UBAY,
EN ESTOS MOMENTOS ESTABA LEYENDO TU POST,SABES ,MI EMPATÍA ME DICE QUE LLEVAS UN CÚMULO
DE PENSAMIENTOS ,IDEAS. BUENO, COMO UNA REVOLUCIÓN PERSONAL,ESTÁ MUY BIEN,
YO HE PASADO POR ESTO. AHORA, VOY EN OTRA LÍNEA,
LO QUE DECÍAS, EN MI CASO ,DOY TODA MI ENERGÍA,EN CADA COSA HAGO,NO ME AGOTO,NO ME CANSO. LO HAGO DESDE MI SER,DESDE DENTRO HACIA AFUERA,ESTA FUENTE ES INAGOTABLE. TE LO DIGO POR EXPERIENCIA DE CADA DÍA.
LO DE LOS VICIOS ,SI HE PASADO POR ELLO,SOY EX-FUMADORA ,DE HARÁ 23AÑOS, ME LO QUITE CON CHICLES ORBIT,CREE ADICCIÓN AL CHICLE,OTROS TANTOS AÑOS…
ACTUALMENTE ,NO TENGO NINGUNA ADICCIÓN,SIMPLEMENTE,SI UN DÍA ME APETECE UNA CERVEZA, ME LA BEBO A GUSTO; ES DECIR, LA MENTE NO ME DOMINA. AHORA, ME ENCUENTRO UNA PERSONA CON UN ESPÍRITU LIMPIO Y LA MENTE, AL 100 X 100. ME HA COSTADO MI ESFUERZO, PERO ESTOY MUY BIEN CONMIGO MISMA, ME SIENTO PLENA, PUEDO DAR MUCHO Y RECIBIR DESDE EL CHAKRA CORAZÓN Y MENTE LIMPIOS.
ESTOY APRENDIENDO DE CADA DÍA ,ME ENCANTA SER QUIEN SOY Y SEGUIR EVOLUCIONANDO.
MI ENHORABUENA UBAY POR TU CAMINO, SE TE VE UNA PERSONA ,SATISFECHA Y FELIZ ,CONTIGO MISMO.
UN SALUDO Y ABRAZO
¡Hola Toñi!
Desde antes de empezar con este blog, ya estaba y estoy constantemente en un estado de revolución personal, veo que se nota… 😉
Me alegro de que encuentres siempre esa energía interna en cada cosa que haces. Sin duda, es porque has encontrado tus verdaderos objetivos, así que logras conectar con tu motivación interna y genuina. Eso es motivo de elogio y alegría, así que te felicito por ello.
Me alegro también de que hayas acabado con todos tus vicios a pesar de haberlos tenido, como todos nosotros. Tiene siempre un valor extra haber pasado por el proceso de ser adicto y, posteriormente, haber conseguido acabar con esa adicción. Por lo general, es un proceso largo, duro y complicado; pero de él se extraen valiosos aprendizajes. Como dices, ahora estas bien contigo misma y te sientes plena, que es uno de los más grandes objetivos de la vida.
Gracias Toñi por tus palabras, por compartir tu experiencia y por comentar.
¡Un abrazo!
GRACIAS,POR TU COMENTARIO ,
ME SIRVE DE MUCHO,
UN ABRAZO!!!!!!
Me alegro Toñi…
Gracias a ti, ¡y un abrazo de vuelta!
Ubay, increíble redacción. Soy yo! Gracias por explicarme y enseñarme con palabras una etapa decisiva y llena de incertidumbres. Pude visualizarla.
Te felicito!
Un fuerte abrazo.
¡Hola Valentín!
Me alegro que el artículo te haya gustado y te haya podido ser de utilidad.
Un abrazo y gracias a ti por comentar y compartir
Hola Ubay!
Muy buen post. Me siento identificada con la ley del mínimo esfuerzo.
Unas veces consigues grandes cosas vistas desde otros ojos, y cuando te obligas en intentar conseguir otras que podrían parecer más sencillas,parece tarea imposible.
Yo deje de fumar y comencé a estudiar fisioterapia a los 30.
Ahora llevo un año intentando aprender Frances para ir a trabajar a Francia y cambiar de vida. Y me está resultando casi imposible.
Tendré que procurar hacer un cambio mental para utilizar toda mi energía y configurar mi ley de minimo esfuerzo!.
Muchas gracias mi niño, un abrazo!
¡Hola Silvia!
Me alegro que te haya gustado el post. De hecho, la ley del mínimo esfuerzo es una ley universal que nos afecta a todos, así que, mejor asumir que está presente en nuestras vidas de forma permanetne para poder usarla nuestro favor.
Me alegro también de que hayas podido superar la adicción al tabaco. Nunca es fácil dominar y eliminar las adicciones. Pero, como comentaba en el artículo, ahora sólo tienes que convertir el aprendizaje del francés en tu adicción. Si le pones ganas, horas y esfuerzo, acabarás por conseguirlo. Y si la recompensa es poder ir a trabajar a Francia, ya te digo yo que sacarás el tiempo y la energía necesaria para ello de donde haga falta.
Yo llevo más de 10 años trabajando en Francia, y te aseguro que valdrá la pena la inversión.
Ánimo con ello y mucha suerte y fortuna con tus proyectos
¡Un abrazo hacia Gran Canaria, mi tierra materna!
Hola Ubay!
Espero te encuentres bien…!
Me encantó tu artículo, muy interesante Recién había leído algo relacionado sobre las leyes Universales, pero primera vez que la escucho nombrar.. Me hiciste reflexionar sobre la aplicación de ésta ley y sobre lo de las adicciones. Podemos se adictos a muchas cosas sin darnos cuenta.
Te felicito por el aporte al crecimiento personal.
Un super abrazo!
¡Hola Francis!
Por aquí todo bien, gracias.
Me alegro que te gustara el artículo. Por muchas leyes que tenga cada país, las leyes universales son las mismas para todos, más allá del espacio y del tiempo. Espero que le encuentres aplicación a tu día a día y que te ayude a lograr tus objetivos.
Gracias por tus palabras y tu comentario
¡Un abrazo!
Hola Ubay,
Soy emprendedor y empresario; llevo cuatro años luchando por sacar mi empresa adelante y aportar valor al mundo.
Mi propósito de vida es ser un líder empresario y esta es mi primera empresa.
Cada vez que me veo trabajando tanto aún y ver qué veces me falta mucho por lograr el punto de equilibrio (que la empresa sola pague sus costos), pongo en dudas la ley del mínimo esfuerzo. Me digo: «Ajá, si es una ley universal que las cosas deben fluir con el mínimo esfuerzo; ¿porqué tanta lucha, tanto estrés y tanto cansancio?»
Con tu artículo, lo veo todo más claro: los hábitos no duelen y requieren el mínimo de energía. Si creamos hábitos acordé a nuestros propósitos de vida, viviremos aplicando el mínimo esfuerzo para alcanzar aún las metas más grandes que podamos imaginar.
Gracias. Te deseo muchos éxitos y bendiciones.
Saludos desde Colombia 🙂
Hola Adalberto,
Efectivamente, ser empresario y emprendedor no es tarea fácil y, ni mucho, menos, como nos lo muestran en las redes sociales; es decir, con cócteles, autos de lujo y sentados con un ordenador en un hotel de cinco estrellas.
Tener una empresa es como tener un hijo, requiere de mucho esfuerzo y cuidados, especialmente, en etapas iniciales. Pero no te olvides de que crear, hacer crecer y mantener una empresa es un objetivo de grandes valores y ambiciones y, por tanto, el mínimo para poder mantenerla con vida es lo que para muchos representaría un máximo de gasto energético vital.
De todas formas, como bien dices, pasará un tiempo y, cuando lo tengas todo en mano, hayas superado muchas dificultades y tengas soltura en tu proyecto, la empresa funcionará casi en piloto automática y obtendrás la anhelada tranquilidad. Incluso, la aparente sensación de estar llevándola desde un esfuerzo mínimo. Eso sí, sólo tú serás consciente del gran esfuerzo que tu pequeño «hijo» o proyecto habrá requerido.
Un fuerte abrazo y muchos ánimos en el camino.
Y muchas gracias por compartir tu sentir con todos nosotros.