¿Te gustaría aprender a meditar?
Tal vez hayas oído hablar muchas veces de la meditación y de sus múltiples beneficios, pero, ¿has intentado meditar alguna vez? ¿Conoces las bases de las técnicas de meditación? ¿Has practicado pero no logras que tu mente te acompañe?
En este post voy a intentar resolver tus dudas y voy a darte las herramientas necesarias para que aprendas a meditar por tu cuenta. Finalmente, te propondré un ejercicio para puedas empezar a practicar de forma regular.
Si tienes interés por la meditación y aún no dominas este arte, este post es para ti. Y si ya eres un meditador confirmado, aprovéchalo para refrescar conceptos y pon tu granito de arena dejando un comentario al final del artículo.
Empezaré respondiendo a la primera pregunta que quizás te pase por la cabeza:
1. ¿Por qué debería meditar?

¿Por qué debería meditar? Foto vía johnhaydon.com
La meditación es una técnica milenaria que va más allá de un simple trabajo mental. El acto de meditar nos permite llegar a un estado de conexión y armonía entre la mente, el cuerpo y el alma. E incluso más allá. Me explico…
Durante los procesos de escucha y observación que llevamos a cabo al meditar, obtenemos beneficios a nivel corporal, como una relajación muscular generalizada. Esta relajación corporal inicia un circuito de de retroalimentación positiva que nos permite obtener mayor paz y tranquilidad mental, lo cual facilita nuevamente una mayor relajación muscular, y así sucesivamente. Este estado de calma y relajación psicofísica nos ayuda, a su vez, a realizar un trabajo paralelo de tipo más espiritual.
Por otro lado, existe también una estrecha relación entre nuestra mente y nuestro entorno físico, pues gran parte de la transformación de mundo externo se origina a partir de nuestros pensamientos. Por tanto, si enfocamos nuestra mente de forma adecuada durante nuestras meditaciones, estaremos contribuyendo y facilitando a largo plazo la transformación de nuestra realidad externa y, por tanto, de nuestra vida. Así pues, las técnicas de meditación no sólo ayudan a sanar nuestro cuerpo, conocernos mejor a nosotros mismos y transformarnos en mejores personas, sino que también contribuyen a descubrir, transformar y mejorar el mundo que nos rodea.
A continuación te dejo tres citas que, para mí, definen perfectamente lo que significa la meditación y explican por qué recomiendo practicarla:
“Por las noches medito y, desde mi pequeño laboratorio, empiezo a cambiar el mundo con mi mente y mi alma”
“Cultiva la tranquilidad y la paz mental. Medita. Combatirás el estrés y serás capaz de mantener la mente en calma en medio de la tormenta.”
“La meditación no es un medio para alcanzar un fin, es tanto el medio como el fin, porque buscar no es sólo un medio sino que es su propio fin y, para que alguien llegue a la verdad, tiene que recorrer el camino” (Por Krishnamurtri)
2. ¿Cómo se medita?

Foto vía yoga-ashra.es
La meditación no es un proceso mental puro que implique pensar. El estado meditativo no requiere una actividad mental activa encaminada a tomar ideas, reflexionar sobre ellas y llegar a diferentes conclusiones. Es más bien un proceso mental pasivo o, a lo sumo, semiguiado, en el que se intenta que las ideas fluyan libremente (o que no fluyan en absoluto) mientras nos mostramos abiertos a la llegada de diferentes informaciones que puedan aparecer en nuestra conciencia. En la meditación, pues, es más importante escuchar y observar que pensar propiamente.
Cuando meditamos debemos encontrarnos en un lugar tranquilo, con luminosidad reducida y situarnos en una posición cómoda para nuestro cuerpo pero que no sea propicia para dormirse. Una posición estándar sería la de sentarse con el tronco erguido y situar los dorsos de nuestras manos en contacto con nuestros muslos, es decir, con las palmas orientadas hacia arriba. La respiración que llevaremos a cabo será lenta y profunda, lo cual contribuirá a que, poco a poco, lleguemos a un mayor estado de relajación .
Desde este estado de calma física y mental podemos empezar a meditar. En ese momento, nos encontramos en nuestro pequeño laboratorio, un lugar creado por y para nosotros desde donde tenemos un poder mayor del que creemos para moldear nuestro cuerpo, nuestra vida y el mundo en el que vivimos.
3. La respiración: un pilar fundamental
La meditación y la respiración son dos procesos paralelos íntimamente relacionados. La meditación requiere una respiración particular, lenta y profunda, mientras que una buena respiración constituye ya de por si una técnica que lleva a la persona a estados mentales y físicos propios del estado meditativo.
Por tanto, respirar correctamente es clave durante la meditación, ya que nos permitirá liberar el exceso de estrés físico, disipar nuestras turbulencias mentales y conectar de nuevo con la parte más profunda de nosotros mismos. Si te apetece saber más cosas sobre la respiración y aprender algunas técnicas respiratorias que pueden serte útiles a la hora de meditar o limpiar emociones negativas, échale un vistazo a este artículo.

La respiración, uno de los pilares fundamentales de la meditación. Foto vía blogoath.wordpress.com
4. La meditación de crear un mundo perfecto a medida
Para terminar el artículo voy a proponerte una técnica para que puedas empezar a practicar de forma regular. Se trata de una meditación activa que requiere un proceso mental bastante dirigido en relación a otro tipo de meditaciones más conocidas. Es un ejercicio muy útil para principiantes y para aquellas personas que necesitan encontrar o redefinir el rumbo de su vida. También es útil como ayuda para poder avanzar en los momentos de estancamiento o cuando hay que tomar decisiones importantes, especialmente cuando nuestro estilo de vida nos impide hacer con nuestra existencia aquello que realmente deseamos. No subestimes tu potencial ni la capacidad que tienes para crear activamente aquello que te propongas. La práctica regular de esta meditación te ayudará a moldear tus pensamientos, tus actitudes y tus actos para que la consecución de tus metas sea más factible.
Para realizar este ejercicio, tal y como describí anteriormente, debemos encontrarnos en un lugar tranquilo y relajado en el que nadie nos moleste, buscar una posición cómoda y, desde ahí, empezar a realizar respiraciones rítmicas, profundas y lentas. Poco a poco iremos entrando en un estado relajación cada vez más profundo. Entonces imaginaremos que nos encontramos en una realidad ideal donde todo es posible y en la que tenemos la capacidad de manipular todo lo que hay en ella de forma instantánea con nuestros pensamientos, sin ningún tipo de límite. A partir de ese momento se trata de jugar a ser el director de la propia película de nuestra vida, con presupuesto, medios y posibilidades ilimitadas. En ella podemos incluir inmediatamente todo aquello que deseemos ser, hacer o experimentar y quitar todo aquello que no nos guste o queramos mejorar o cambiar.
Debemos visualizar cómo nos gustaría ser a nivel físico, definir cómo nos gustaría manifestarnos a la hora de relacionarnos con los demás y qué actitud querríamos adoptar a la hora de enfrentarnos a las circunstancias de la vida. Pensaremos en cómo nos gustaría que la gente nos tratara, qué tipo de trabajo quisiéramos desempeñar o que tipo de pareja y amistades quisiéramos tener. Proyectaremos el lugar y el tipo de alojamiento donde nos gustaría vivir, el estatus económico que quisiéramos ostentar e incluso los hobbies que nos gustaría practicar. Cualquier cosa que pienses o desees se convertirá en realidad de forma instantánea.
Bajo estas condiciones… ¿Cómo sería tu vida?…Dedica, como mínimo, de 10 a 15 minutos a crear tu propia realidad ideal imaginaria.

La meditación de crear el mundo perfecto a tu medida. Foto vía ikerg1972.com
Este ejercicio es especialmente útil para establecer una especie de pauta vital maestra que te ayude a definir lo que realmente deseas o quieres en tu vida. Aunque no lo creas, muchas personas son incapaces de completar esta meditación a pesar de tener posibilidades imaginarias ilimitadas ¿Por qué motivo? Simplemente porque no saben lo que quieren y, por tanto, es imposible que enfoquen sus pensamientos o sus actos de forma coherente en función de unos objetivos definidos. Si ese es tu caso, ¿cómo puedes esperar que la vida real te permita tener la vida que quieres si ni siquiera sabes cómo es esa vida? La realidad física tridimensional responde activamente a tus pensamientos y a tu voluntad. Pero si todo ello no está bien definido en tu cabeza (y no proviene de tu corazón) difícilmente podrá manifestarse en acciones que consigan transformar la realidad externa a tu gusto.
Nuestros pensamientos tienen la capacidad de manifestarse en la realidad física de forma palpable en forma de hechos y sucesos concretos, como encontrar el lugar o la vivienda de tus sueños, tener un cuerpo más atlético o realizar el viaje que siempre habías querido hacer. Pero nuestros pensamientos también pueden materializarse de forma más sutil mediante, por ejemplo, una oportunidad laboral inesperada, una coincidencia inverosímil a tu favor o un encuentro “casual” con una persona especial. Sólo hace falta que sepas lo que quieres, que focalices tu energía mental en esa dirección de forma continuada y que alinees tus actitudes y acciones en el mismo sentido. Este ejercicio es el primer paso para conseguirlo.
Si no tienes claro el guión de tu vida, lo que se manifestará en ella no será producto de tu voluntad consciente ni de tu poder mental, sino que será la manifestación de un cúmulo de pensamientos que dependerán más de influencias externas que de ti mismo. Esa es la vida típica más común en nuestros tiempos: una vida sin rumbo ni destino claro que parece que se escapa al control activo de nuestra voluntad. Esa sensación de falta de control no es más que la manifestación de tu propia confusión y desorden mental.
Repite este ejercicio regularmente hasta que sepas cómo quieres que sea tu película ideal. Cuando lo tengas claro no olvides esa visión y actúa con el objetivo de materializarla tal y como la imaginas. En un principio es posible que estés influido por prejuicios sociales, tu ego o tu carácter, con lo cual puede que desees una vida repleta de objetos, comodidades y circunstancias ligadas a aquello que comúnmente es aceptado por la sociedad. Puede que pidas un trabajo que te aporte un buen salario, pienses en tener un número concreto de hijos a una edad determinada o sueñes con comprar un tipo de casa en particular que puedas pagar en un plazo razonable. Sin embargo, cuando empieces a decidir desde tu yo más profundo empezarás a focalizarte en cosas que pueden llenarte a otro nivel. En ese momento, probablemente pienses en trabajos, circunstancias y actividades más orientadas hacia los demás y hacia el bienestar común. Entonces, es muy posible que los objetos, el estatus social o el dinero empiecen a tener un papel secundario para ti y des más prioridad a tu libertad, tu autorrealización o a la vivencia de experiencias enriquecedoras. En cualquier caso, cada persona es diferente y cada cual debe experimentar su propio proceso y seguir el camino que le dicte su Esencia.
Repite esta meditación regularmente, primero una o dos veces por semana para tener claro el tipo de vida por el que quieres luchar. Al principio, puede que necesites más de 10 o 15 minutos, pues tal vez quieras trabajar sobre muchas cosas. En ese caso, tal vez debas centrarte en un solo tema durante cada sesión (trabajo, pareja, estudios…) o aumentar la frecuencia de meditación semanal. Más adelante, sólo necesitarás realizar esta meditación de forma puntual para realizar algunos retoques o ajustes que te permitan afinar tu rumbo de forma más eficaz. Tu verdadero trabajo consistirá entonces en esforzarte día a día para materializar aquello que has creado durante tus meditaciones. Te aseguro que si practicas este ejercicio tal y como lo he descrito, los resultados te sorprenderán.
Y ahora, si has llegado hasta aquí, significa que ya dispones de la información suficiente para empezar a meditar por tu cuenta.
Por tanto, ha llegado tu turno: ya puedes empezar a practicar o hacerme llegar tu opinión sobre este artículo o sobre tu experiencia personal.
P.D. Si estás interesado en aprender más técnicas de meditación, no te pierdas este artículo, donde amplío el contenido de este post. ¡Espero que también lo disfrutes!
Muy bueno el artículo. Perfectamente explicado y sencillo de seguir.
Gracias Iñaki! Me alegro mucho de que te haya gustado! Un abrazo!
Me encanta tu articulo y me encantaria que siguieras escribiendo sobre estos temas.muy agradecida de verdad.a
Gracias por tu comentario Lorena! Intentaré cumplir tus deseos 😉
Un gusto leer tu blog, justo me encuentro en una etapa de mi vida en la que quiero (y necesito) girar 180° y mi vocecilla interna lleva pidiendo a gritos durante mucho tiempo uncambio profesional desde la ciencia a este sector (del cual solo tengo mis experiencias personales).
Acabo de empezar con un blog y bueno, estoy acongojada,tengo dudas de si esto es posiblr,muuuuchos nervios y creo que tus posts y la meditación me van a ayudar bastante.
Gracias
¡Hola Mónica! El gusto es mío. Siempre me hace feliz escuchar que alguien quiere hacer un giro de 180º a su vida, sobre todo cuando se trata de seguir esa voz interna que siempre nos habla pero que raramente escuchamos. Te animo a que la sigas y que hagas lo que realmente te gusta. Los nervios y dudas son normales, pero a veces también nos ayudan a mantenernos atentos y sentirnos vivos. Y sí el artículo de meditación te ayuda en la medida que sea estaré doblemente feliz 😉
Mil gracias – Comenzaré primero con la respiración y luego con este ejercicio – Siento que se abren caminos para vivir mejor!!!
¡Que así sea Susana!