Teorías de la conspiración
Las teorías de la conspiración están muy de moda.
Cada vez aparecen más teorías conspirativas, y más gente parece apoyarlas; aunque todavía sean minoría.
A este segmento de la población se la suele llamar conspiranoico, negacionista o, sencillamente, chiflado.
Sin embargo, me he dado cuenta de que cualquier persona que piense, sea crítica y, sobre todo, empiece a atar cabos, se convierte, de forma casi irremediable, en un conspiranoico.
De hecho, si lo piensas fríamente, las personas verdaderamente negacionistas, chifladas y fácilmente manipulables son, precisamente, las que se creen a rajatabla y sin análisis crítico previo aquello que nos presentan cada día los medios de comunicación masiva.
Y es comprensible. La mayoría de la población está todo el tiempo saturada con sus trabajos, sus hijos, sus problemas, sus penurias económicas… y, por ende, tienen poco tiempo para pensar, analizar, comparar y debatir sobre cualquier tema que vaya más allá de su cotidianidad más inmediata. Es por ello que se dice que, hoy en día, la mayoría de personas están “dormidas”.
A continuación, analizaré la situación geoeconómica y geopolítica actual, lo cual nos ayudará a entender por qué motivo surgen las actuales teorías de la conspiración, de las cuales también te hablaré de forma detallada.
Voy a intentar que sea un artículo sencillo y fácil de leer. Sin florituras ni complicaciones. Iré al grano y aportaré informaciones reales y contrastables, así como reflexiones de lógica aplastante.
Espero que te ayude abrir la mente, a interrelacionar información y, tal vez, a convertirte en alguien más crítico y con ganas de seguir aprendiendo.
Ello te convertirá, casi con toda seguridad, en un conspiranoico y, por consiguiente, en alguien más libre y difícil de manipular o de ser abusado por los poderes fácticos.
Si es el caso, no dudes en compartir este artículo para que otros puedan beneficiarse de las informaciones aquí expuestas.
Finalmente, te daré mi opinión personal y sincera sobre cual es el objetivo último de todas estas teorías de la conspiración; y, para concluir, te contaré brevemente cómo luchar contra ellas.
¿La cosa promete, no crees?
Pues empecemos…
Contents
- 1. Entendiendo el caldo de cultivo de las actuales teorías de la conspiración
- 1.1. La economía y el inicio de las políticas expansivas
- 1.2. La destrucción de la religión
- 1.3. El nuevo feminismo (“les feminazis” de cuarta ola)
- 1.4. El colectivo LGTBIQ+ ($%&)
- 1.5. La política actual y la falsa democracia que subyace en las teorías de la conspiración
- 1.6. Los medios de manipulación masiva, otro miembro clave del equipo conspiranoico
- 1.7. Las élites, la punta de la pirámide de las teorías de la conspiración
- 2. El gran boom de las teorías de la conspiración, que empiezan a ser ya demasiado obvias
- 2.1. El Covid19, la gran “plandemia” y el detonante de muchas teorías de la conspiración actuales
- 2.2. Explota la guerra de Ucrania
- 2.3. Amenazas de crash económico, quiebras bancarias en serie y eliminación de la clase media
- 2.4. Demonizar las criptomonedas descentralizadas, eliminar el efectivo y promover las CBDC
- 2.5. Lo que viene, la famosa agenda 2030 (no tendrás nada y serás feliz)
- 3. ¿Cuál es el objetivo final de todas estas teorías de la conspiración?
- 3.1. Dividir y polarizar a las personas para que hagamos la guerra entre nosotros
- 3.2. Aislar a las personas y eliminar las familias
- 3.3. Volvernos dependientes
- 3.4. Convertirnos en personas ateas e ignorantes
- 3.5. Volvernos débiles y vulnerables
- 3.6. Reducir la población mundial
- 3.7. Esclavizar la raza humana o, mejor dicho, que sigamos siendo esclavos
- 4. ¿Qué hacer para evitar esta sociedad distópica fruto de las teorías de la conspiración?
1. Entendiendo el caldo de cultivo de las actuales teorías de la conspiración
Las teorías de la conspiración actuales aparecen porque, en nuestra sociedad, hay ciertas características que favorecen sobremanera la aparición de dichas teorías.
Por ejemplo.
1.1. La economía y el inicio de las políticas expansivas
Empecemos unos años atrás.
No hace falta remontarse mucho en el tiempo; pues, aunque las teorías conspirativas siempre han existido, en estos últimos años se han vuelto realmente obvias y descaradas.
Comencemos por Mario Draghi, famoso economista italiano que colaboró con Goldman Sachs, fue director ejecutivo del Banco Mundial y trabajó para el Banco Central Europeo, implementando políticas de expansión monetaria para paliar los efectos de la crisis económica del 2008.
Estas políticas de expansión monetaria se caracterizaron por estimular la economía imprimiendo dinero de la nada, por decirlo de forma simple.
Efectivamente, durante años, la impresora de los bancos centrales inundó el mercado de efectivo para impulsar los maltrechos mercados financieros. Esto aplicó tanto a Europa como a Estados Unidos, así como a otros muchos países del mundo.
Cualquier principiante que sepa un mínimo de economía sabe que, si inyectas dinero artificialmente en el mercado sin que ñestecrezca de forma real aumentando su producción y/o productividad, la consecuencia final será un aumento de la inflación.
Es decir, si en el mercado hay 10 tomates y en la economía circulan 10 euros, cada tomate va a valer 1 euro. Luego, si en dicha economía inyectas 10 euros adicionales (ahora hay 20 euros en total), pero sigue habiendo 10 tomates en el mercado, con el tiempo, 1 tomate pasará a costar 2 euros. Fácil, ¿no?
Pues parece que los grandes economistas y gobernantes aún no lo han entendido.
Pero cambiemos de tema. Seguiré hablando de economía más adelante.
La impresión masiva de dinero lleva a la inflación
1.2. La destrucción de la religión
Durante mucho tiempo me consideré alguien antirreligioso, aunque profundamente espiritual.
Desde hace muchos años, hay una campaña masiva de acoso y derribo continuo en contra de las religiones, especialmente la católica.
En los últimos tiempos, se dice que la iglesia está compuesta por un grupo de vividores, inútiles, pederastas y personas de mentalidad retrógrada que manipulan a la gente por y para su propio beneficio.
Te suena todo esto, ¿verdad?
Se han focalizado desde hace años en la parte oscura y los datos negativos que emergen de la religión. Pero, en realidad, la religión tiene también su lado positivo y luminoso.
La religión ha hecho grandes contribuciones a nuestra historia, cultura, costumbres, tradiciones y fe. La religión también aporta códigos éticos y valores morales, así como una forma clara de pensar y de ver la vida.
La religión es también sinónimo de unidad familiar, esperanza, devoción…
Para una persona con un buen grado de autoconocimiento y las ideas claras, dentro del contexto de una sociedad avanzada, tal vez la religión sea menos importante.
No obstante, ¿qué ocurre con las personas más perdidas, las que no han tenido ni tienen acceso a ningún tipo de educación o valores morales positivos? ¿Y qué ocurre con las sociedades donde hay pobreza, corrupción, falta de referentes y ausencia de guías claras de conducta? Es más, este tipo de personas y sociedades siguen siendo la mayoría en el mundo moderno.
En definitiva, que la religión, como cualquier manifestación cultural de una sociedad, tiene cosas buenas y malas. Y centrarse solamente en lo malo de algo o de alguien, suele ser –a la larga– contraproducente.
Pero sigamos avanzando, porque volveré a tocar este tema más adelante.
Hablemos ahora de otro punto calentito.
La religión está siendo destruida
1.3. El nuevo feminismo (“les feminazis” de cuarta ola)
Empezaré este apartado con una nueva confesión personal, y es que siempre he sido una persona con valores feministas, entendidos como aquéllos que buscan la igualdad de oportunidades entre el hombre y la mujer.
Tal vez esto sea consecuencia de los valores que me inculcó mi madre, una ferviente defensora de los derechos de la mujer.
Sin embargo, desde hace unos cuantos años, no muchos, están surgiendo con fuerza las nuevas ideas feministas de cuarta ola.
El nuevo feminismo de cuarta ola, ése que pretende que “todes les persones hablemos con lenguaje inclusive” no se limita a luchar por la igualdad entre hombres y mujeres.
El nuevo feminismo quiere empoderar a la mujer y llevarla a lo máximo, pasando incluso por encima del cadáver de cualquier hombre que ose discutir la nueva supremacía de la mujer. Y ahí está el problema.
Éste es el nuevo feminismo de cuarta ola
Hoy en día, en España, las leyes favorecen a la mujer por encima del hombre: más ayudas económicas, más facilidad para emprender, más días libres en el trabajo, paridad de sexos en todos los trabajos sin tener en cuenta las capacidades (incluyendo aquéllos que son eminentemente físicos, como bombero o policía) y, con las últimas leyes, pérdida incluso de la presunción de inocencia si el hombre es acusado por una mujer.
No, no me lo estoy inventando. En realidad he resumido mucho y me he quedado muy corto. Si quieres una lista mucho más amplia y detallada, escucha a Roma Gallardo en este video y “quédate tranquile”.
Si quieres saber más sobre el feminismo de cuarta ola, puedes seguir a Agustín Laje, por ejemplo. Este último, al igual que Roma Gallardo, es tildado de ser un nazi de extrema derecha por ir en contra de la actual corriente feminista y progresista de moda.
El nuevo feminismo busca que la mujer sea libre, independiente, dominante y fuerte. Que lidere, que tenga espíritu emprendedor, que facture. La mujer también debe centrarse en su carrera y tener altos objetivos profesionales. En definitiva, la mujer moderna puede y debe atesorar un buen número de características de polaridad masculina, tanto como un hombre.
Por el contrario, el hombre debe “deconstruirse”. Sus características masculinas, que acabo de citar para describir a la “nueva mujer empoderada”, ya no son imprescindibles. El hombre debe ser sensible, empático, vulnerable y mostrar sus emociones con facilidad y sin vergüenza. El hombre también puede ser amo de casa y renunciar a objetivos profesionales por el bien de sus hijos y su familia. El hombre debe sacar a relucir su lado femenino, e incluso puede, si así lo desea, vestirse de mujer, o incluso ser mujer. Es decir, es bueno que el hombre se feminice tanto como desee.
En este nuevo contexto, las mujeres son cada vez más masculinas, o ejercen un rol más masculino. Y los hombres son cada vez más femeninos, o ejercen un rol más femenino.
Al final, lo que obtenemos es una sociedad con personas que integran valores y roles cada vez más confusos y contrarios a lo que la biología naturalmente les otorga.
¿Qué ocurre entonces cuando juntamos a un hombre y una mujer en la intimidad y la convivencia? Cortocircuitos que producen una guerra de sexos cada vez más encarnizada.
Efectivamente, el sexo contrario se convierte en el enemigo y, en lugar de amarlo y complementarnos con él, lo que hacemos es intentar dominarlo, despreciarlo y destruirlo.
Entonces, todo lo que la sociedad había construido tradicionalmente y con el paso de los siglos se empieza a desmoronar, pues tenemos personas más confundidas y vulnerables, relaciones menos estables y duraderas, mayores tasas de divorcio (en España ya llegan al 85%) y cada vez menos familias y menos numerosas.
Sigamos.
1.4. El colectivo LGTBIQ+ ($%&)
En medio de este caldo de cultivo perfecto de feminismo y progresismo, aparece también con fuerza el fenómeno LGTBIQ+ (y no sé ya cuántas siglas más).
Este colectivo también está siendo, no sólo aceptado, sino empoderado hasta el punto de convertirse en un estándar de nueva normalidad social. Me explico.
Sólo tienes que fijarte en programas de rabiosa actualidad, como First Dates. No hay un solo capítulo en el que no salgan una o dos parejas del colectivo.
Al ver dicho programa –que no es más que un reflejo de la sociedad actual–, te das cuenta de que las personas “normales” (la que me va a caer por usar este adjetivo); es decir, las personas “hetero cis” de toda la vida que se identifican con su sexo biológico y les gusta el sexo contrario, son consideradas básicas, retros y aburridas.
Sólo eres “considerade une persone” cool, progre, moderna, tolerante… si te declaras pansexual, demisexual, poliamoroso o amante de las relaciones abiertas.
Si, además, reconoces ser bisexual o género fluido, empiezas a sobresalir de verdad; y, si encima se descubre que eres transexual ya completo y operado, te ganas de forma instantánea la admiración, el respeto y la empatía tanto de tu cita como de los presentadores y la audiencia. Cualquier cosa que se salga de lo habitual o tradicional está bien visto. En nombre de la tolerancia, la libertad y la diversidad.
Personalmente, me parece perfecto que cada uno se identifique como quiera, que le guste practicar sexo con quién quiera y de la forma que quiera, que viva las relaciones como le dé la gana y que haga las transiciones que considere oportunas.
El colectivo LGTBIQ+, cada vez más en boga
El tema empieza a ser preocupante cuando se te considera aburrido, retrógrado y poco interesante por ser un “hetero básico cis” de toda la vida. O cuando se indignan cuando tratas de “él” a un individuo con barba, 1,90 metros de altura y una voz más grave que la de un macho alfa porque asumiste su género y, en realidad, ella se autopercibe como mujer.
Pero lo más grave del tema es cuando todas estas ideas empiezan a calar hondo en los niños que aún no han desarrollado sus cuerpos, sus mentes ni su identidad sexual, porque crea una enorme confusión entre ellos; especialmente cuando se les anima a que integren algunas de estas características tan cool que, de forma natural y tradicional, no son más que excepciones a la normalidad.
Si mientras te estás formando como persona, no tienes una dirección clara de referencia y se te anima a explorar vías alternativas que no tienen nada que ver con lo biológico, lo tradicional o lo “normal”; ¿es peor el remedio o la enfermedad? Lo veremos con el tiempo.
Pero eso no es todo.
En medio de toda esa diversidad, que afecta también a la forma de relacionarnos entre nosotros, resulta cada vez más difícil tener una relación duradera y satisfactoria con otra persona.
Nadie quiere ya aguantar nada. Nadie quiere pareja estable, ni crear una familia. Todo el mundo quiere experimentar formas distintas de sexualidad, cuantas más mejor y cuánto más jóvenes mejor. Y no me parece mal, si es algo decidido libremente desde tu verdadera conciencia, racionalidad y decisión personal. El problema es que la gente acaba perdida, sin ideas propias y sin una forma sólida de pensar.
Todo esto lleva cada vez más a la soledad, a la soltería, a las relaciones esporádicas, al placer y al hedonismo continuo e instantáneo y, finalmente, a la infelicidad, la depresión y el vacío más absoluto; donde el compromiso, la familia y las relaciones duraderas son un fenómeno extraño y puntual en vías de extinción.
1.5. La política actual y la falsa democracia que subyace en las teorías de la conspiración
La mayoría de países desarrollados se jactan de ser democráticos, ¿no es así?
Este es el caso de España, orgullosísima de su gran democracia que, en realidad es una oligarquía partitocrática. Es decir, un sistema en el que mandan los partidos políticos, cuyos miembros se han convertido en los nuevos nobles, aristócratas o dictadores, que gobiernan al pueblo a su antojo a pesar de lo que se diga o se piense de ellos.
En muchos países, como España, pensamos que el hecho de votar cada 4 años nos hace democráticos. Nada más lejos de la realidad, pues pasado el período electoral, los ciudadanos, en lugar de tener poder de veto, capacidad para pedir responsabilidades y derecho a voto permanente mediante referéndums continuos, quedamos a manos de los partidos, sus corruptelas y sus decisiones unilaterales, hechas para su propio beneficio.
Aunque no nos lo parezca, así es la democrática actual
Los políticos no gobiernan para servir al pueblo (de abajo hacia arriba) sino que gobiernan para esclavizarlo y aprovecharse de él (de arriba hacia abajo). Además, lo hacen de forma impune y sin consecuencias. Es decir, como dije antes, se trata de una forma moderna del feudalismo medieval encubierto.
Pero no quiero profundizar más sobre la política y el concepto de democracia real, pues ya escribí largo y tendido sobre este tema en este artículo.
Lo importante de todo esto es que todos los puntos anteriores (políticas económicas, religión, leyes feministas, colectivo LGTBIQ+…) son controlados, legislados o potenciados por las leyes que aprueba el partido político que esté gobernando en ese momento.
Lo interesante, y lo obvio, es que los políticos no trabajan solos, sino que conforman un equipo prácticamente imbatible con otros miembros del tablero.
1.6. Los medios de manipulación masiva, otro miembro clave del equipo conspiranoico
Las teorías de la conspiración están en todas partes
Como posiblemente ya sabes, los partidos políticos utilizan los medios de comunicación para dar publicidad a sus ideas, justificar sus decisiones y preparar las mentes de los ciudadanos para los eventos que están por venir, y que siempre están minuciosamente planificados.
Nos vendieron que dentro de los medios de comunicación existía libertad de prensa. Incluso, que algunos de estos medios eran totalmente “independientes”. Lo mismo nos dijeron sobre el poder judicial que, en realidad, está totalmente politizado a pesar de la teórica separación de poderes.
Hoy en día ha quedado más que demostrado que ya (casi) no quedan medios de comunicación libres e independientes, pues todos necesitan dinero para sobrevivir. Y ese dinero suele venir de subvenciones de gobiernos o empresas.
Así pues, el contenido de cualquier noticia del periódico, del telenoticias, de una página web o incluso de un youtuber está condicionado por su patrocinador; sea el estado, una gran corporación o una pequeña empresa. Y, obviamente, dicho patrocinador tiene unas ideas que no hay que contrariar ni atacar si se quiere seguir contando con fondos. O, dicho de otro modo, si se quiere sobrevivir.
Por tanto, cuando leemos la prensa o escuchamos la última noticia del telediario, lo primero que debemos pensar es quién financia a dicho medio, qué ideología secunda y qué intereses tiene en que pensemos u opinemos de una u otra forma.
Ríete y compadécete al mismo tiempo de las personas que se han formado una opinión única y exclusivamente escuchando los medios de comunicación tradicionales.
Los medios de comunicación masiva están totalmente manipulados
1.7. Las élites, la punta de la pirámide de las teorías de la conspiración
Los políticos ejecutan sus planes en función de los intereses de sus partidos.
Y, como acabo de explicarte, dichos partidos políticos utilizan los medios de comunicación (que ellos mismos financian y controlan) para promocionar sus ideas y condicionar la opinión pública.
Sin embargo, hay alguien por encima de los políticos y de los medios de comunicación que lo controla todo.
No pensarás que los políticos ejercen su poder mediante un plan que proviene de ellos mismos. Porque los políticos no son más que marionetas de sus jefes, las élites.
¿Y quiénes son estas élites? Aquí tenemos uno de los puntos clave de las teorías de la conspiración.
Por decirlo de forma simplista, las élites no son más que los poderes fácticos reales, tanto nacionales como supranacionales.
Hay autores que afirman que las élites las conforman un reducido número de familias ricas (tipo Rotschild, Rockefeller…), que a lo largo de la historia han ido acumulando riquezas, recursos, poder… hasta fundar sus propios bancos y fondos de inversión, que acaban controlando y condicionando los gobiernos de todos los países.
Hay estudiosos del tema que nos explican que las élites están formadas por asociaciones, grupos o congregaciones secretas antiquísimas con grandes conocimientos y recursos, cuyo acceso está restringido a unos cuantos elegidos por motivos de casta, conocimiento, influencia o riqueza económica. Hablo de los masones, los illuminati o los miembros del club Bildeberg, por ejemplo.
Hay otros autores, como David Icke, que afirman que detrás de estas élites hay personas con ADN reptiliano, es decir, con unas características físicas concretas que, entre otras cosas, los hacen más vulnerables a ser manipulados por otro tipo de entidades metafísicas que, operando desde otros planos de la realidad ajenos a lo comúnmente visible mediante los sentidos clásicos, manipulan a dichos líderes reptilianos.
¿Cuál de estos autores tiene razón respecto a la identidad de las élites?
Tal vez, en cierta forma, todos ellos, pues pertenecer a un grupo no excluye pertenecer simultáneamente a otro. Pero prefiero no profundizar en este tema para no irme por las ramas ni perderme por caminos excesivamente estrambóticos y paranormales.
Digamos, para resumir, que las élites están formadas por un reducido número de personas con gran cantidad de riqueza y poder acumulado que tienen la capacidad de controlar a los gobiernos a través de entidades u organismos nacionales y supranacionales; ya sean gobiernos, bancos, grandes fondos de inversión u organizaciones tipo ONU u OMS.
Supongo que es algo más que evidente que un gran fondo de inversión puede tener mucho más poder en un país que sus propios políticos. Y que existen organismos como la OMS o la ONU que, sin ser elegidos por nadie, tienen más influencia que cualquier nación a la hora de tomar decisiones que afectan a muchas otras naciones.
Las élites están en la cúspide de las teorías de la conspiración
2. El gran boom de las teorías de la conspiración, que empiezan a ser ya demasiado obvias
Tras leer lo anteriormente expuesto, se nos va a hacer mucho más fácil comprender el gran número de teorías de la conspiración que están apareciendo en los últimos años, y que, en mi opinión, empiezan a ser ya demasiado obvias como para pensar que son simples casualidades.
Es en este punto donde todo lo que acabo de explicar empieza a cobrar sentido.
Comencemos por un tema de repercusión mundial que nos ha marcado a todos en mayor o menor medida en los últimos años.
2.1. El Covid19, la gran “plandemia” y el detonante de muchas teorías de la conspiración actuales
El estallido y gestión de la pandemia de Covid fue un evento clave y descarado en la generación de una buena parte de las teorías de la conspiración actuales.
De repente, en 2019, se originó un brote de un nuevo y letal virus en Wuhan, China. El virus se expandió rápidamente por todo el mundo.
A pesar de la “gran virulencia” del nuevo patógeno, sus tasas de mortalidad se asemejaban a las de la gripe común. Aun y así, los gobiernos empezaron a decretar estados de alarma y, en muchos casos, a confinar a sus ciudadanos en sus casas durante semanas e ¡incluso meses! so pena de severas multas.
Esto significó una parada total de la economía mundial que, como vimos, ya había vivido muchos años de políticas expansivas con impresión desmedida de dinero.
Tema aparte es el origen del Covid19, pues si empezamos a hurgar en esta cuestión, este artículo terminaría siendo un libro de varios tomos. A día de hoy, el origen del patógeno no ha quedado claro. Algunos expertos dicen que viene del murciélago, o del pangolín. Y muchos otros científicos afirman que fue producto de laboratorios de bioinvestigación. Si has recabado información al respecto, no te quedará nada claro, y deberás sacar tus propias conclusiones.
Paralelamente, en tiempo récord, las autoridades desarrollaron una nuevo fármaco experimental (que no vacuna) basada en ARN mensajero, una tecnología nunca antes utilizada a escala global para prevención de enfermedades contagiosas.
Esta “vacuna”, que normalmente requiere años de experimentación estructurados en diferentes fases de investigación, se aprobó rápidamente a pesar de las dudas que suscitaba su seguridad. Por si acaso, las farmacéuticas firmaron acuerdos con los gobiernos para no hacerse responsables de los posibles efectos secundarios. Los gobiernos, a su vez, aprobaron también leyes para descargarse de dichos efectos adversos potenciales (esto último no lo habrás leído en los medios oficiales, lógicamente).
Finalmente, la “vacuna” se aprobó en medio de las dudas, alentada por la propia población que, tras un intenso lavado de cerebro ejecutado por los medios de comunicación masiva, terminó pidiéndola enérgicamente por ser la única salvación posible a un más que probable Apocalipsis.
Pero había cuestiones que quedaban por resolver: ¿serán las vacunas eficaces? ¿Serán seguras? ¿Qué les pasará a las embarazadas, y a los niños? ¿Realmente vale la pena administrarlas para una enfermedad con tasas de mortalidad tan bajas?
Pues dichas “vacunas” no sólo se aprobaron, sino que los gobiernos hicieron obligatoria su administración; pero no de forma directa, sino mezquina e indirecta: “Si no te vacunas no puedes trabajar, ni viajar, ni ir al cine o a un restaurante…” Es decir, te obligan de facto a medicarte sin asumir ellos ninguna responsabilidad. ¡Jugada maestra!
¡Venga! Vacúnate de forma voluntaria, ¿eh?
Por si no fuera poco, la gente, presa de miedos e ideas irracionales que los medios habían infundido en los ciudadanos con la complicidad de gobiernos y élites, se alzó –no contra los de arriba–, sino contra de los no-vacunados, estigmatizándolos y culpándolos de nuevos contagios y de que la pandemia no se resolviera más rápido.
La pregunta siempre fue: ¿si la vacuna funciona y es segura, qué problema hay en que tú te la pongas y yo no, quedando únicamente yo expuesto a ese virus tan mortal?
De nuevo, la polarización de la población había iniciado una nueva guerra entre los propios ciudadanos con el objetivo de enfrentarnos entre nosotros y, por ende, debilitarnos para que no nos rebelemos contra los verdaderos malhechores.
Tras el linchamiento que sufrieron los que no quisieron medicarse, llamados negacionistas, antivacunas y conspiranoicos, pasó el tiempo y empezaron a aparecer efectos secundarios varios, como inmunosupresión prolongada, ictus y trombos en personas jóvenes, o aumento del exceso de mortalidad general de la población. Casos que son silenciados y de los que apenas se habla, pues no pueden ser demostrados, no se practican autopsias a los fallecidos y no está permitido ir en contra de la versión oficial, a menos que quieras exponerte a perder tu trabajo o cosas peores. Es lo que tiene la democracia y la libertad de expresión.
El tema de los efectos secundarios de las vacunas creo que aún dará mucho que hablar durante los próximos años.
Tras varios meses más, los juzgados declararon ilegal el estado de alarma y el confinamiento de la población y, por ende, todas las multas impuestas durante este período quedaron invalidadas. ¿Consecuencias para los gobiernos o farmacéuticas? Ninguna. ¿Cuántos se quejaron o salieron a la calle?
Lo que sí hubo fueron movimientos muy sospechosos, como la predicción de la pandemia por Bill Gates (o Barack Obama) pocos años atrás y que, casualmente, había estado invirtiendo en farmacéuticas justo antes de la aparición del virus; o grandes movimientos en bolsa previos a ciertos eventos importantes por parte de instituciones, CEOs o fondos de inversión que, sin duda, contaban con informaciones privilegiadas.
Al final, la pandemia de Covid acabo siendo un gran experimento global que permitió a los gobiernos estudiar las reacciones de la población cuando, por causas de dudoso origen y relativa gravedad, es expoliada de forma gradual de sus derechos fundamentales. Y, claramente, pudieron cerciorarse de cómo las personas, bajo condiciones de miedo y pánico, son capaces de dejarse administrar experimentos genéticos, aceptar el encierro voluntario en casa y creerse cualquier cosa que los medios les digan.
Sin olvidar que dicha pandemia justificó también una parada global de la economía que ocasionó una breve recesión que, cómo no, vino seguida de la mayor impresión de dinero de la historia. Se dice que aproximadamente un tercio del dinero total en circulación en todo el mundo se imprimió durante la crisis sanitaria.
Y recordemos que el mundo llevaba ya años endeudándose e imprimiendo dinero a mansalva.
¿Qué dijimos que pasaba cuando se imprimía dinero de la nada de forma prolongada? Correcto. Inflación galopante.
Todo esto sí suena ya más a teoría de la conspiración, ¿no? ¿O fueron casualidades?
Pero la cosa sigue…
2.2. Explota la guerra de Ucrania
La “letal” pandemia de 2019-2020 empezaba a quedar en el olvido cuando, en febrero del año 2022, de repente, Rusia invadió a Ucrania y empezó una guerra que, según Putin, no era más que una “operación militar especial”.
En febrero de 2022 estalla la guerra entre Rusia y Ucrania, originando más teorías de la conspiración
Curiosamente, justo al inicio de 2022, los niveles de inflación empezaron a elevarse, aunque al principio dijeron que sería algo pasajero.
Cuando reconocieron que habría inflación para rato, ¿cuál fue la causa más esgrimida por los medios de comunicación y los políticos? No, no fueron todos los años de política monetaria expansiva, ni la impresión de trillones de dólares tras la pandemia. Eso nunca se escuchó de ningún medio de comunicación oficial.
La razón principal era Putin y su guerra.
Ahora sí, durante la guerra de Ucrania, la inflación se disparó, los precios de los carburantes aumentaron de forma escandalosa y la población empezó a empobrecerse a marchas forzadas, pues los salarios no crecían de forma paralela al incremento de los costes de vida.
Por otra parte, el estado empezó a recaudar cifras récord en impuestos, pues no deflactaba los tributos en relación a la inflación. Por tanto, el único beneficiado de todo esto no era más que el Gobierno, que se “forraba” a costa del contribuyente, lo cual le permitiría ir pagando su deuda soberana en base al empobrecimiento paulatino de los ciudadanos
2.3. Amenazas de crash económico, quiebras bancarias en serie y eliminación de la clase media
Ante el empeoramiento de la inflación y la situación económica global, la Reserva Federal y el Banco Central Europeo implementaron un aumento rápido y agresivo de los tipos de interés, que habían estado a cero durante muchos años.
Este aumento de tipo de interés, como es lógico, hizo que las personas tuvieran más problemas para financiarse, lo mismo que muchas empresas y bancos.
Es decir, las personas no podían pedir créditos para abrir negocios con los que reactivar la economía. Y aquéllos que tenían hipotecas a interés variable, empezaron a tener problemas para pagar las cuotas crecientes de las mismas. Simultáneamente, el alto paro juvenil continuaba azotando el poder adquisitivo de este segmento de población, convirtiendo en utopía el sueño de poder comprar una vivienda.
Los bancos, por su parte, empezaron a conceder menos créditos y, algunos de ellos, sufrieron retiradas masivas de dinero ante las filtraciones sobre el delicado estado de sus cuentas. Para obtener liquidez, dichos bancos se vieron obligados a malvender sus bonos; cuyo valor nominal había disminuido, lo cual acarreó pérdidas millonarias y, por consiguiente, se produjeron múltiples quiebras bancarias.
Por otra parte, los gobiernos –acostumbrados a la financiación barata y a un gasto público desmesurado– siguieron engrosando su deuda soberana a ritmos todavía mayores. En España, por ejemplo, ésta superaba con creces el 100% del PIB anual del país.
Al estar los tipos de interés disparados, se debía destinar una partida cada vez mayor de los presupuestos nacionales a pagar dicha deuda, que empezaba a preverse impagable a largo plazo, condenando a muchos países a la bancarrota.
Las deudas soberanas de (casi) todos los países han ido creciendo exponencialmente
Sin embargo, lo que empezó a hacer España fue:
- Incrementar masivamente el número de cargos políticos directos e indirectos; y convocar más plazas para funcionarios, cuyas tareas estaban, en muchos casos, duplicadas.
- Aumentar los impuestos en general, y en particular a los autónomos, quienes realmente crean empleo y dinamizan la economía del país.
- Facilitar la inmigración ilegal (con paguitas incluidas).
- Promulgar leyes que facilitan la «okupación» de viviendas.
- …
¿El motivo? Ganar votos para perpetuar un gobierno ineficiente, corrupto y fallido.
Es frustrante y muy paradójico observar que, cuanto más endeudado está nuestro país, más ayudas sociales se están concediendo y menos se invierte en fomentar el emprendimiento y la creación de nuevas empresas que reactiven la economía productiva.
Otra de las razones es también de una lógica aplastante: fomentar que las personas sean, paulatinamente, más dependientes del estado y sus ayudas.
2.4. Demonizar las criptomonedas descentralizadas, eliminar el efectivo y promover las CBDC
Ante este panorama de crisis económica, los gobiernos de todo el mundo, especialmente en Europa, buscaron nuevos culpables para generar las soluciones que ya de antemano tenían previstas.
Se trata, una vez más, del clásico esquema «problema-reacción-solución», descrito tantas veces por autores tan célebres como Noam Chomsky
En esta ocasión, el gran problema dijeron que eran las criptomonedas descentralizadas, como el Bitcoin. Es decir, las monedas virtuales que permiten a los usuarios intercambiar valor entre ellos y hacer compras sin necesidad del control de bancos y estados.
Por supuesto, todo lo que le quite control y poder al estado y otros poderes fácticos para entregárselo a la población es malo. Malo para aquellos que pretenden esclavizar al mundo, claro.
A los gobiernos les preocupa la existencia de las criptomonedas descentralizadas
Lo mismo sucede con el efectivo, una forma de pago de control limitado que no permite hacer un seguimiento exhaustivo de las transacciones que realiza cada individuo.
Así pues, tras sus nobles y falsos argumentos justificativos, como la lucha contra el blanqueo de capitales, el fraude fiscal o la financiación ilegal del terrorismo, que atenta contra la seguridad nacional, los gobiernos deciden tomar cartas en el asunto para protegernos de semejante males.
Las soluciones propuestas son previsibles.
Por una parte, limitar las retiradas y los pagos en efectivo de forma progresiva. Primero, un máximo de 3000 euros. Actualmente sólo 1000. Es decir, en el momento de escribir este texto, en España está prohibido pagar más de 1000 euros en efectivo. Si lo haces pueden multarte o incluso meterte en la cárcel. La idea final es que, sin darnos cuenta, acabemos aceptando la eliminación del efectivo.
Por otra parte, pretenden regular, limitar y, si todo les sale bien, prohibir las criptomonedas descentralizadas como el Bitcoin y, en su lugar, ofrecer las CBDC (Central Bank Digital Currencies), es decir, las Monedas Digitales de Banco Central.
Christine Lagarde, la presidenta del Banco Central Europeo, dijo que en octubre de 2023 tenían previsto empezar a implementar las CBDC en todo el mundo. Esto es, monedas digitales 100% controladas y programables por los gobiernos centrales.
Suena bien, pero, ¿sabes qué supone esto?
Que no solo van a controlar lo que ganas, sino ahora también todo –absolutamente todo– lo que gastas, cuándo lo gastas y en qué lo gastas.
¿Y qué más implica esto?
Primero, se abre la puerta a que, en un contexto donde la población es cada vez más pobre y donde los estados están cada vez más quebrados, se resetee el sistema económico y se empiecen a distribuir las famosas pagas universales en CBDC.
–Qué bien! –dirá la gente al principio.
Sin embargo, la contrapartida es clara. Dependeremos al 100% del dinero digital que nos dé el estado (el único que existirá) para poder sobrevivir. El efectivo habrá desaparecido.
Eso sí, el gobierno va a darnos el dinero que considere oportuno cuando lo considere oportuno. Y, obviamente, si no cumples con las normas de buen ciudadano y te portas mal (no te vacunas, comes demasiada carne, no reciclas, viajas mucho, te saltas un semáforo…), te bloquean la cuenta en un solo clic.
Es más, cualquier cantidad de dinero digital que te entreguen podrá ser programada para obligarte a gastártela en aquello que ellos decidan durante el tiempo que ellos dictaminen, pues podrán ponerle fecha de caducidad.
En definitiva, habrá un control total y absoluto de la libertad de cualquier persona del mundo en todo momento.
Ahora ya no suena tan bonito, ¿verdad?
2.5. Lo que viene, la famosa agenda 2030 (no tendrás nada y serás feliz)
Dentro de esta distopía que estoy describiendo, cobra más sentido que nunca la agenda 2030 y su famosísimo lema: “No tendrás nada y serás feliz”.
El plan es claro. Con una población pobre y enteramente dependiente del estado, el gobierno mundial no electo (tipo OMS o alguna organización similar) no parará de generar nuevas normas y obligaciones según sus intereses, aunque te dirán que lo hacen por nuestro bien y las necesidades del planeta.
¿Quieres ejemplos de lo que ya se está intentando implementar?
- Viajar produce mucho CO2, así pues tendrás un límite de viajes al año. Sólo podrás desplazarte a los lugares que ellos decidan mediante el tipo de transporte que ellos permitan, por el bien del planeta. Eso sí, los ricos –que los habrá, aunque pocos– podrán viajar como quieran y cuando quieran. Lo mismo que los políticos.
- Comer carne y proteína animal también es malo para el medio ambiente. Por tanto, deberás cambiar tu dieta y limitar la cantidad de proteína animal tradicional. Se te ofrecerán alternativas, como proteínas vegetales o proteínas sostenibles fabricadas a base de insectos.
- Nadie podrá tener coche de combustión. Sólo habrá transportes públicos eléctricos. O deberás comprarte un vehículo eléctrico. Eso sí, con las tecnologías actuales, descubrirás que:
-
- Crear un coche eléctrico con batería de Litio produce tanta huella de carbono como producir uno de combustión y hacerlo rodar 130.000 kilómetros.
- No existen reservas de Litio suficientes para sustituir todos lo vehículos en los plazos que proponen. Por tanto, habrá pocos vehículos, y los que haya serán excesivamente caros.
- Reparar las averías en las baterías de Litio actuales tiene precios estratosféricos.
- Recargar las baterías, a menos que tengas en tu casa placas solares o fuentes de energía verdes, consume electricidad potencialmente contaminante durante su producción.
- Reciclar una batería de Litio tras el fin de su vida útil resulta un proceso muy costoso y tremendamente contaminante.
- Aunque hubiera suficientes electrolineras por todo el mundo –que no las hay ni las habrá– recargar todos los coches eléctricos necesarios, crearía atascos monumentales por el elevado tiempo de carga. Ni siquiera con la carga rápida.
En conclusión, no podrás tener un vehículo privado.
- Comprar una vivienda será imposible por los altos precios, la falta de oferta y los bajos salarios que ofrecerá el estado en CBDC. Habrá que vivir con los padres, o los abuelos, o bien compartir viviendas sociales o de alquiler con muchas personas.
- No poseeremos nada. Deberemos –eso sí– pagar alquiler y suscripciones por todo lo que consumamos, pagándolo con los pírricos sueldos que nos darán.
Y un largo etcétera.
En conclusión, seguiremos siendo esclavos, meras máquinas de producción para ir pagando por nuestras propias necesidades.
Tranquilo, no tendrás nada, pero serás feliz (agenda 2030)
3. ¿Cuál es el objetivo final de todas estas teorías de la conspiración?
Espero y deseo que, llegados a este punto, te hayas dado cuenta de que todo aquello que sucede en la sociedad y en el mundo, y de que todas las noticias que llegan desde los medios de comunicación tradicionales, no son fruto del azar.
Todo cuanto ocurre en nuestro día a día está minuciosamente planificado desde más arriba mediante un plan que interrelaciona todas las esferas que tienen impacto en la sociedad humana: dinero, recursos, ideología política, guerras, economía, salud…
No es cosa de ser conspiranoico, sino de racionalizar lo que ocurre a nuestro alrededor y tener una visión lo suficientemente global como para ir atando cabos.
Cuando empiezas a ser consciente de que todo está relacionado con todo y de que todo responde a un único plan diseñado por las élites de las he estado hablando, sobreviene indefectiblemente la pregunta más evidente: ¿qué objetivo persiguen las élites con sus teorías de la conspiración?
La respuesta final tal vez sea demasiado surrealista, aparentemente fantasiosa y difícil de creer, pues implicaría romper con demasiados paradigmas, aceptar verdades demasiado incómodas y cambiar en exceso nuestra cosmovisión actual.
Me refiero a que, de la noche a la mañana, no todo el mundo está preparado para creer en la vida extraterrestre, en los reptilianos, en otras dimensiones o en muchos otros temas de naturaleza metafísica que tampoco hace falta citar aquí.
Por tanto, voy a dar una respuesta mucho más obvia, terrenal, lógica y verosímil.
El objetivo final de las élites y sus conspiraciones no es más que el mismo que se ha ido repitiendo en todas las sociedades conocidas a lo largo de la historia de la humanidad, generación tras generación, siglo tras siglo.
Lo que pretenden las élites mediante sus “oscuros” planes es…
3.1. Dividir y polarizar a las personas para que hagamos la guerra entre nosotros
El primer objetivo de todo lo que he contado es dividir a las personas para que éstas se crean que son diferentes e incompatibles entre sí, olvidando que, en el fondo, todos somos uno.
Cuando este ocurre, las personas se agrupan en bandos opuestos polarizados y, acto seguido, arman guerras contra sus semejantes.
Por ejemplo, la sociedad feminista actual nos divide en hombres y mujeres, que se ven como enemigos y luchan entre sí. Tras la pandemia, el mundo se dividió en vacunados y no vacunados, de esta forma nos enfrentábamos entre nosotros y no contra “ellos”. La economía nos divide entre pobres y ricos, para que éstos se masacren unos a otros, y más ahora con la rápida eliminación de la clase media.
Y entonces, en lugar de unirnos para luchar contra los causantes de todos estos conflictos, la energía se disipa en guerras absurdas que entablamos entre nosotros mismos, la gente de a pie.
Pretenden dividirnos y polarizarnos para que luchemos entre nosotros continuamente
3.2. Aislar a las personas y eliminar las familias
La sociedad actual está diseñada para aislarnos y vivir en soledad.
Hace años, los niños jugaban en los parques. Hoy en día la presencia del móvil hace que los pequeños prefieran estar aislados durante horas en sus habitaciones.
La educación nos prepara para ser personas útiles, competentes, autónomas e independientes. Simultáneamente el feminismo pretende empoderar a la mujer a no necesitar un hombre, y al hombre a parecerse mucho más a lo que antes definía a una mujer. Paralelamente los valores relacionados con la comunidad LGTBIQ+ confunden nuestras identidades y promulgan el placer inmediato y el no compromiso.
Todo ello sumado hace que nadie necesite a nadie, que nadie aguante a nadie, que nadie quiera compromiso y que ya no sea necesaria una familia y una unidad familiar para poder apoyarse, prosperar y seguir adelante.
Cada uno se sobra y se basta consigo mismo, y utilizamos al otro de forma puntual para nuestro beneficio y placeres del momento.
Eso, a largo plazo, nos aísla, nos convierte en individuos desconectados de los demás y nos desposee de las potentes uniones entre las personas, tan útiles para crear familias, grupos, asociaciones… que nos sirvan para luchar contra la opresión y las injusticias de la vida.
3.3. Volvernos dependientes
El ser humano está cada vez más preparado y cualificado, cada vez está más formado e informado, y es cada vez más independiente.
No obstante, la vida es cada vez más dura, y los precios son cada vez más altos (comida, alquileres, hipotecas, impuestos…). Y, a pesar de nuestra mayor preparación y conocimientos, es cada vez más difícil tener un sueldo que nos permita vivir de forma digna.
Por consiguiente, a medida que se agudice la crisis económica de la que ya hablé en apartados anteriores, las personas necesitarán la ayuda del estado, pues quieren destruir la familia, como acabo de explicar.
Y el estado nos brindará gustoso dicha ayuda en forma de subvenciones y pagas que, cómo no, se nos otorgarán en forma de Monedas Digitales de Banco Central (CBDC) tras suprimir el efectivo y las criptomonedas descentralizadas.
Así pues, habrá una sociedad cada vez más preparada, pero cada vez más dependiente de un estado que, en cualquier momento, tendrá la capacidad de cortarnos el grifo en cuanto hagamos cualquier cosa que vaya en contra del bien común. Del bien común de las élites que pretenden controlar el mundo, claro.
Pretenden que todos seamos dependientes de los estados
3.4. Convertirnos en personas ateas e ignorantes
Nunca antes en la historia tuvimos personas mejor formadas y con mayor acceso a la información gracias a Internet y, recientemente, a la Inteligencia Artificial.
Casi todo el mundo tiene varias carreras, algún que otro master y acceso instantáneo a cualquier información o pregunta que pase por nuestra cabeza.
Sorprendentemente, nunca había habido tanta ignorancia e incultura en la mente del ser humano; ni tan poca conciencia crítica contra los abusos e injusticias que nos rodean por todas partes.
Cuando preguntas a las personas sobre geografía, historia, arte, política… casi nadie sabe darte las respuestas correctas. Lo miran en Google. Cuando intentas debatir o discutir con gente cercana, te das cuenta de que la mayoría no son capaces de argumentar, reflexionar o aplicar la lógica más básica. Sólo logras tener conversaciones superficiales, estériles, vacías, faltas de ideas y sin ningún tipo fuerza intelectual.
Somos como zombies. Lo tenemos todo, pero acabamos enganchados a pantallas la mayor parte del día, realizando actividades que, en lugar de hacernos más listos y competentes, nos imbecilizan cada vez más. Pasamos nuestro tiempo entre juegos, apuestas, pornografía, películas de Netflix, aplicaciones de citas y todo aquello que nos da placer a corto plazo.
Todo lo que nos estimula y nos convierte en mejor personas a nivel físico, mental o espiritual queda aparcado en segundo término.
Sin lugar a dudas, una población sin conocimiento, sin conciencia crítica y que no se entera ni quiere enterarse de lo que está pasando a su alrededor mientras no nos falte buena comida y partidos de fútbol (pan y circo) está condenada a ser manipulada y convertida en un simple rebaño, listo para llevar al matadero.
Todo ello se ve acentuado por las falsas informaciones que nos brindan continuamente los medios de comunicación, manipulados por los gobiernos que, a su vez, están controlados por las élites.
Y, por supuesto, se ha ido eliminando, poco a poco, la religión de nuestras vidas. Esa religión, que antaño nos daba unos valores morales, una ética y un modo de ver la vida que fomentaba la ayuda al prójimo y la unidad familiar, ahora se considera tóxica y retrógrada.
Tal vez no necesitaríamos la religión si hubiéramos desarrollado nuestra propia verdad y nuestros propios valores con conocimiento de causa. O si la sociedad hubiera evolucionado de forma adecuada a nivel espiritual. Pero no es el caso.
Por tanto, tenemos gente cada vez más idiota, con menos conocimientos, con menos capacidad crítica y reflexiva y sin los valores morales y filosóficos necesarios para tener algo de fe y objetivos personales claros.
Las teorías de la conspiración orquestadas por las élites nos quieren ateos e ignorantes
3.5. Volvernos débiles y vulnerables
Los puntos que anteriormente he explicado nos vuelven seres cada vez más débiles y vulnerables, primero como individuos y, seguidamente, como sociedad.
Una persona aislada, dependiente, ignorante, sin fe y continuamente enfrentada con sus semejantes se autodestruye y, por tanto, no supone ninguna amenaza para el sistema que causa todo estos males.
Y, obviamente, las personas así, son incapaces de organizarse entre ellas para unirse y luchar por una sociedad y un mundo mejor que nos libere de la opresión de unos pocos que se ocultan en la sombra.
3.6. Reducir la población mundial
Otra teoría de la conspiración afirma que las élites pretenden reducir a toda costa la población mundial.
Paradójicamente, la población mundial ha aumentado exponencialmente en las últimas décadas gracias a la mejora en la calidad de vida. Además, vivimos cada vez más y mejor.
¿Será cierto, pues, que quieren reducir la población? Ciertamente, no sé la respuesta.
Intuyo que el techo poblacional del planeta llegará a su máximo en breve. A medida que la población envejezca y las condiciones económicas y de vida se vayan degradando, la mortalidad aumentará junto a una disminución de la natalidad que hará que la población se vaya reduciendo paulatinamente.
En cualquier caso, a las élites les preocupa que seamos muchos, pero sólo si este aumento de población va ligada a un aumento de personas inteligentes, críticas, rebeldes y que estén dispuestas a luchar contra la opresión y las injusticias.
De momento, creo que nos están controlando bastante bien, porque…
- A pesar de tener toda la información disponible, logran mantenernos desinformados e hipnotizados con vicios, juegos y placeres, haciendo que ignoremos las evidencias y las verdades que, poco a poco, van saliendo a la palestra.
- Son capaces de abusar de nosotros sin que nos alcemos, como pasó con el confinamiento, el aumento de los impuestos, la disminución del poder adquisitivo…
- Logran que pensemos que nuestros vecinos, amigos y familiares son los verdaderos enemigos en lugar de los que, desde arriba, controlan las fichas.
- Consiguen incluso que estemos siempre en guerra con nosotros mismos.
Así pues, mientras sigamos en esta dinámica de ignorancia y sumisión, somos perfectos esclavos. Y ahí viene el último punto.
3.7. Esclavizar la raza humana o, mejor dicho, que sigamos siendo esclavos
Como dije antes, cada vez somos más y vivimos más años y en mejores condiciones. Aparentemente.
Pero, si te fijas, la realidad es la misma que ha habido a lo largo de toda la historia.
En las épocas de los grandes imperios, todos estábamos a merced de unos pocos aristócratas y emperadores, que tenían controlada a la mayoría de la población plebeya mediante miedo, trabajos prácticamente forzosos, algunos juegos y entretenimientos, engaño, impuestos y amenazas de soldados o mercenarios.
En la edad media, todos estábamos a merced de los señores feudales, que tenían controlada a la mayoría de población campesina mediante miedo, trabajo de subsistencia en el campo, pocos entretenimientos, extorsión, impuestos y las amenazas de soldados, caballeros o enviados del rey de turno.
Hoy en día sucede exactamente lo mismo.
Estamos a merced de la misma gente, pero ya no tienen traje de emperador ni de señor feudal, son élites invisibles que nadie es capaz de ver ni de identificar y, por tanto, no hay un enemigo claro al que batir. El enemigo somos nosotros mismos y el resto de las personas, que optan por pelearse entre sí en lugar de unirse, amarse y luchar en equipo.
Tenemos toda la información del mundo, pero está contaminada. Tenemos todos los entretenimientos del mundo, que nos adormecen. Podemos viajar a donde queramos (de momento), lo cual nos hace sentir libres. Y han logrado convencernos de que juguemos al juego de la economía, aceptando que lo único necesario para subsistir es el dinero.
Así pues, nos vemos obligados a trabajar por un puñado de billetes en un sistema repleto de reglas y trampas en el que, con un gran esfuerzo, ganamos el dinero justo para seguir subsistiendo y permitir que la rueda siga girando.
Antes nos daban latigazos para que siguiéramos cargando piedras. O nos azotaban para que continuáramos remando en el barco. Hoy en día, ya no nos obligan directamente a hacer nada, nos dicen que somos libres, a condición de que produzcamos dinero suficiente para sobrevivir ejerciendo un trabajo que la sociedad necesite para seguir existiendo como tal.
Y, como siempre, sólo unos pocos consiguen acumular las suficientes posesiones, dinero, poder, conocimiento y verdades para vivir siendo realmente libres.
Es el mismo modelo de siempre, pero con un decorado distinto. Y nuevos disfraces.
Unos pocos poderosos arriba –las élites– alimentándose de los recursos de los que están abajo; de su trabajo, de su sufrimiento, de su miedo y de su dolor.
Y muchos más abajo, en la base de la pirámide, personas ignorantes que padecen y que están demasiado ocupadas como para pensar o pretender ser libres mientras alimentan y obedecen sin rechistar a los de arriba.
El objetivo final es que sigamos siendo esclavos
4. ¿Qué hacer para evitar esta sociedad distópica fruto de las teorías de la conspiración?
Realmente no debes hacer nada si te gusta tu vida o te gusta vivir en el mundo en que vivimos.
Como en la película Matrix, cuando uno de los secuaces del sistema le confesaba al agente Smith que, a pesar de que sabía que el filete de su plato no existía, disfrutaba de lo rico y jugoso que estaba. Y de la felicidad que da la ignorancia.
Pero, si has llegado hasta aquí, asumo que prefieres tomar la píldora roja y salir de la Matrix; algo que, aunque requiera mucho trabajo y acarree sufrimiento, nos da la posibilidad atisbar la verdad y ser verdaderamente libres.
La mayoría opta por la píldora azul; pues, inmersa en un sinfín de problemas y obligaciones, se siente demasiado saturada y agotada como para meterse en una nueva lucha. Es eso, precisamente, lo que quieren las élites.
Pero si todo lo que has leído hasta aquí te asquea, ves que hay algo de verdad en ello y te gustaría empezar desde hoy mismo a hacer algo para convertir esta sociedad esclavista en un lugar más libre y digno de ser vivido, puedes empezar a actuar.
Lee de nuevo este artículo y busca formas creativas para luchar contra todo aquello que sientas que no es justo, o que –simplemente– no vibra contigo.
Así, a bote pronto, se me ocurren muchas cosas:
- Intenta no irte a los extremos en nada, busca el equilibrio en ti mismo y en los demás. No seas fanático ni extremista.
- Escucha a los demás y sé abierto a las verdades ajenas a ti mismo. Tal vez en ese proceso descubras nuevas verdades que, en el fondo, también te representan, lo cual te permitirá aprender, crecer y obtener una nueva y mejorada versión de ti mismo.
- No percibas a los demás como enemigos, pues eso te debilita, nos divide y hace que seamos una sociedad más frágil y manipulable.
- Intenta llegar a acuerdos y cooperar con otras personas para conseguir objetivos comunes.
- Sé crítico. Primero contigo mismo, y luego con las verdades e informaciones que vengan desde fuera. No digo que seas agresivo; simplemente, ponlo todo en duda de la mejor forma posible, sin ser arrogante ni creerte en posesión de la verdad absoluta, con una actitud constructiva. Ello evitará que te estanques, y también evitará que te engañen o te manipulen.
- Nunca pares de aprender, de adquirir nuevas habilidades y de adaptarte a nuevas circunstancias. Ello te abrirá siempre puertas a nuevas personas, nuevos proyectos, nuevos trabajos y nuevas fuentes de ingresos.
- Cuídate, respétate y date siempre lo mejor. Aliméntate bien, ten una buena higiene de vida, haz deporte, duerme lo suficiente, aléjate de los hábitos tóxicos y rodéate de personas afines a lo más profundo de tu ser.
- Lucha por lo que quieres, por tus ideales y tus verdades. Y nunca olvides que los demás tienen las suyas propias y que, por tanto, si operas con el debido respeto, el otro, más que un enemigo, puede convertirse en un colaborador con quien seguir creciendo y mejorando.
- Lucha por mantener tus derechos y libertades, y no permitas que te los vayan robando con excusas y problemas ridículos que ellos mismos generan. Por ejemplo: quéjate y actúa ante las subidas de impuestos, no admitas que te obliguen a cambiar de coche, sigue pagando en efectivo, utiliza Bitcoin, no te vacunes si no confías en lo que van a inyectarte, lucha por un sueldo digno, rebélate ante leyes injustas, difunde tus verdades y las noticias relevantes que vayas encontrando. Y, sí hace falta, sal a la calle a luchar por todo lo anterior.
Y recuerda, no te cierres a ninguna verdad a priori. No peques de cientifista, pero tampoco seas un fanático de lo metafísico. La verdad no suele estar en ningún extremo, aunque, de hecho, todas las verdades, al final, acaban confluyendo desde un punto de vista más amplio.
Por tanto, si empezaste a leer este artículo con ojos escépticos y has terminado aprendiendo algo, o viendo el mundo de una forma distinta o más amplia de lo que podías ver antes de empezar esta lectura, ya me doy por satisfecho.
Te animo a que sigas aprendiendo e investigando, desde todos los ángulos y perspectivas. Mira videos de Agustín Laje, que está posicionado en contra de la izquierda progresista dominante actual (seas de izquierdas o de derechas). Lee libros de David Icke, un investigador conspiranoico que habla de realidades tan inverosímiles que hacen que toda tu visión del mundo se desmorone; pero luego, tras escuchar sus explicaciones, es capaz de hacerte dudar sobre lo que es real y lo que no.
Aprende de economistas como Pablo Gil, Ricard H.C. o Alejandro Estebaranz. Sigue la actualidad de la mano de abogados como Aitor Guisasola para entender las nuevas leyes que aprueba el gobierno. Aprende a luchar contra las injusticias como Raúl Castañeda, que creó su propio equipo de juristas y letrados. Visualiza algún video de David Parcerisa, que habla de lo misterioso y lo paranormal en su canal Rimbel35, o aprende astrología de la mano Robert Martínez, que también suele dar charlas sobre arcontes y reptilianos.
La mayoría de estos autores o creadores de contenido están del lado conspiranoico, pero apuesto también que la mayoría de lectores de este artículo sois, como yo, graduados universitarios, científicos y/o consumidores de los medios tradicionales de comunicación. Por tanto, tal vez sea la hora de compensar el otro lado de la balanza, de alimentar un poco el hemisferio cerebral derecho y de ver la vida desde una perspectiva más abierta, equilibrada y completa.
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Y, de momento, esto es todo lo que quería contarte sobre las teorías de la conspiración actuales.
Me he extendido más de lo que inicialmente pensaba. Pero ten en cuenta que, de cada pequeño apartado, podría escribirse un libro entero. O dos.
Espero haber sido lo más ameno, directo y entretenido posible. Espero también haberte ayudado a que veas el mundo de otra forma, y a que entiendas que las teorías de la conspiración no son sólo cosa de locos y chiflados; si no, más bien, de personas pensantes capaces de recabar mucha más información que la media para, finalmente, atar cabos y tener una visión más global de la realidad.
Por ende, no juzgues nunca un conspiranoico antes de escuchar sus argumentos. Cuando lo hagas, corres el riesgo de convertirte tú en uno de ellos; pero, paradójicamente, puede que ello te transformes en una persona más abierta, libre y feliz.
Y ahora, es tu turno para que puedas dar tu opinión.
¿Qué te ha parecido este artículo sobre las teorías de la conspiración actuales?
¿Te ha gustado? ¿Te ha aportado algo nuevo que no sabías? ¿Añadirías algo más?
Cuéntamelo en los comentarios.
Será un placer leerte.
Ubay. Hiciste un análisis muy objetivo y profuso. Te felicito.
Gracias Pedro, me alegro de que te haya gustado. Un abrazo
Hola ubay, ya conocía esto pero me gustó leerlo de nuevo. Tengo una pregunta como agnóstica que soy, donde queda Dios aquí? Tú eres creyente y dices que estamos perdiendo la religión y demás pero cuándo crees que actuará Dios? Porque Dios es bueno y quiere lo mejor para nosotros pero no le has mencionado aquí y viendo como va la cosa, creo que lo tenemos jodido porque la mayoría de la gente no sabe esto ni lo creería si lo cuentas porque lo que las posibilidades de evitar esto son ínfimas.
Hola Nofi,
Me alegra que te haya gustado el artículo.
No he querido meterme en el tema de Dios, porque se sale ya del tema principal y convertiría el artículo en algo demasiado denso y profundo que, tal vez, haría más largo y árduo llegar al quid de la cuestión.
Si es cierto que los temas espirituales y filosóficos son capitales en la vida misma y, como no, especialmente en este artículo.
Efectivamente, yo soy creyente, aunque siempre me he desmarcado de las religiones, pues aunque siempre tengan un lado bueno, que puede ser útil para muchas personas, también tienen otro lado malo que pueden hacer que nos desviemos del camino.
En cuanto al tema de Dios, éste queda donde cada uno quiera o sepa ubicarlo en función de sus creencias. Yo tengo una visión panteísta de Dios, por tanto, Dios está presente, todo el tiempo en todas partes, pues, en realidad, todo forma parte de Dios y su plan divino.
Por otra parte, en general, podemos tener dos visiones del mundo totalmente diferentes. Una visión de la vida determinista u otra indeterminista. Si adoptamos la visión indeterminista, nada está escrito, tenemos libre albedrío y todo depende de nosotros. Por tanto, Dios está actuando desde siempre a través de nosotros, y depende de nosotros corregir o no la situación y el destino de nuestra vida y nuestra sociedad. Si, en cambio, adoptamos una visión determinista del mundo: todo está escrito, no hay libre albedrío y danzamos al son de un plan divino inamovible. Por ende, en este caso, sólo queda relajarse y disfrutar de dicho plan a medida que se nos vaya desvelando a lo largo del camino.
¿Cuál es tu visión del mundo?
Como ves, es un tema muy subjetivo y personal que depende de la filosofía de cada cuál. Por eso no he querido meterme. Pero gracias por tocar el tema. De esta forma, cualquier que nos lea puede darnos también su opinión aquí, en los comentarios.
Un fuerte abrazo.
Me gustó la pregunta sobre Dios. Me inscribo dentro de las visiones indeterministas. Aunque me encantaban los «psicohistoriadores» de la saga de las Fundaciones de Asimov (hago atrología, soy psicólogo, y me encanta la historia y las conexiones entre eventos), hasta ellos dejaban margen en las ecuaciones, y me inscribo en su línea. El estado conspiranoico es bastante natural en quienes buscamos conexiones – como le pasaba a Alan Turing en Imitation Game-, y soy bastante dado al análisis crítico y a desconfiar de las miradas superficiales y lineales; sin embargo, desde mi religiosidad natural, intuida, sentida, reflexionada, me resulta difícil tomarme «demasiado» en serio mis propias paranoias. Las élites también están bajo el paraguas divino, y a lo Teilhard de Chardin, creo que todo el mundo evoluciona a su propio modo, pero el llamado está y para todos. Puede ser simplismo, puede ser conformidad… desde la astrología lo miraríamos como la oposición Tauro-Escorpio: el simplista, sencillo y orientado al hedonismo y a lo visible Tauro, versus el profundo, desconfiado, defensivo, compulsivo y transformativo Escorpio. Puedes tratar de llegar al fondo de las cosas, consiguiendo una victoria pírrica, «todo está podrido, todo condenado a muerte», a lo Escorpio… O puedes centrarte en un bienestar hedónico y material mínimo, tratando de no agitar las aguas y no complicarte la existencia, «vivamos el día», a lo Tauro. Creo que (obviamente) la solución está en lo integrativo: ser más conscientes sin perder el disfrute… algo así como «cultivar la presencia consciente». Nunca tenemos todas las cartas en nuestra mano, y no podemos leerle la agenda a Dios. Así que agregando el atestiguar (Acuario) y el confiar/crear (Leo), pues yo me quedo tranquilo, intentando aportar. Saludos y un abrazo, buen articulo.
Gracias Gonzalo por la profundidad y riqueza de tu comentario. Me has gustado leerte y ver que, como yo mismo, también te gusta interpretar el mundo desde la astrología, una disciplina que siempre es de utilidad para ver el mundo desde un prisma muy revelador. Un fuerte abrazo.