Colombia es un país excepcional que no deja indiferente a nadie.
Al llegar, tenía cierto recelo y desconfianza a causa de los prejuicios que había construido a lo largo del tiempo: inserguridad, drogas, pobreza…
Sin embargo, al salir de Colombia, tuve la certeza que acababa de visitar uno de los países más bonitos y acogedores en los que había estado.
A continuación, te cuento los motivos, y te ofrezco la guía de los mejores lugares y consejos para visitar Colombia durante los 15 días que tardé de ir desde Bogotá hasta la frontera con Ecuador.
Aquí tienes un índice orientativo:
Contents
- Mejores lugares y actividades en Colombia, desde Bogotá hasta Ecuador
- 1. Bogotá. Una segura capital en el corazón de los Andes
- 2. La catedral de sal de Zipaquirá
- 3. Descubrir los secretos del café en Manizales
- 4. Visitar el Nevado del Ruiz con el lechero (Manizales)
- 5. Subir al volcán y alimentar cóndores en Puracé
- 6. Ir en bicicleta a los termales de Coconuco (Popayán)
- 7. Visitar el mercado de Silvia el día de los Guambino
- Mapa de los lugares descritos de Colombia
- Información sobre la historia, la sociedad y la cultura colombiana
- Información práctica para viajar a Colombia
- Curiosidades sobre Colombia
Mejores lugares y actividades en Colombia, desde Bogotá hasta Ecuador
1. Bogotá. Una segura capital en el corazón de los Andes
Llegué a Bogotá en avión desde la amazónica ciudad de Leticia, al sureste del país, a la cual había llegado procedente de Brasil.
Lo primero que me llamó la atención de Bogotá fue que es una ciudad bastante fría, siendo su temperatura media anual de 15ºC. No en vano, está situada a 2.800 metros de altura, en pleno corazón de la sierra andina.
No obstante, Bogotá es una linda ciudad que vale la pena explorar durante unos cuantos días. Estos fueron mis lugares favoritos:
El centro de la ciudad y el barrio antiguo de la Candelaria
Mi hospedaje (Casa Platypus) se encontraba en el barrio de la Candelaria, la parte antigua y central de la ciudad, repleta de pequeñas y estrechas calles adoquinadas, así como de coquetas casas bellamente decoradas con muros encalados y tejas tradicionales.
Vale la pena perderse por el centro, especialmente en este entrañable barrio. En mi caso, visité, por ejemplo:
- El museo del oro: un enorme edificio de 7 plantas rebosante de piezas, monedas, objetos, decoraciones corporales…de oro. El oro es, además, un mineral omnipresente en la ciudad, pues en ella abundan tiendas que se dedican a su compra-venta.
- Plaza de Bolívar: esta enorme plaza cuadrada es el epicentro de la ciudad. Ahí se encuentran la catedral, el ayuntamiento, el Capitolio y el palacio de justicia. Durante la navidad hay un gigantesco abeto situado en pleno centro.
- Palacio-museo de la Policía Nacional: situado en una zona donde abundan tiendas de ropa y complementos militares. La entrada es gratuita y, en su interior, un policía te hace un recorrido por sus 4 o 5 plantas. Una buena ocasión para aprender todos los detalles sobre el cuerpo de policía. La mejor parte: ver la Harley Davidson dorada de Pablo Escobar y la chaqueta con la que éste murió en la redada policial que acabó con su vida.
- Museo Internacional de la esmeralda: rodeado de una gran cantidad de vendedores ilegales de piedras preciosas, un mercado muy prolífico en el país. De hecho, en Colombia se consiguen esmeraldas de gran calidad a precios irrisorios que pueden revenderse luego fácilmente.
- Museo Botero: curioso museo que contiene cientos de cuadros de este artista, un famosísimo pintor y escultor local que parece obsesionado con los cuerpo humanos obesos. También se encuentran obras de Picasso, Matis o Monet.
- Calle Séptima: un poco más apartada del centro, la calle Séptima, que es peatonal, está siempre llena de estatuas humanas, malabaristas, pintores callejeros y bailarines espontáneos. El lugar perfecto para pasearse tranquilamente.
Izquierda: plaza de Bolívar con su gigantesco abeto de Navidad. Derecha: paseando por las calles del centro de Bogotá.
Una excelente forma de conocer el centro de la ciudad es realizando un tour en bicicleta (unas 5-6 horas).
Por unos 15 euros, además de conocer los lugares anteriores, tienes la ocasión de vivir otro tipo de experiencias, acompañado de un guía local y otros turistas. Por ejemplo:
- Visitar una coctelería local y tomar jugos de frutas tropicales y/o de ingredientes tan extravagantes como cangrejos o embriones de pato, infalibles para mejorar la fertilidad y el rendimiento sexual.
- Visitar un mercado local y descubrir frutas típicas como el lulo o la guanábana, así como degustar unas arepas con queso.
- Admirar diferentes graffitis urbanos, cuyos significados y dobles sentidos son sabiamente interpretados por el guía local.
Cerro de Monserrate y Torre Colpatria: Bogotá desde las alturas
Siempre me ha gustado visitar las ciudades que visito desde las alturas.
El cerro de Monserrate, situado al lado del barrio de la Candelaria, es accesible en un teleférico que, en 5 minutos, asciende hasta su cima, situada a 3.200 metros de altura.
Desde el cerro puede verse todo Bogotá, incluyendo sus innumerables favelas y una densa capa de polución que, a veces, impide ver la ciudad de forma clara.
Tras contemplar la vista panorámica, puedes descender a pie de vuelta a la Candelaria a través de un sendero empedrado. Se tarda una horita en hacer el descenso.
Si no has tenido bastante, puedes ver la ciudad desde otro punto de vista. Para ello…
Puedes ascender a la Torre Colpatria, un rascacielos de unos 200 metros de altura donde hay un mirador que permite observar la urbe desde todos los ángulos posibles.
Vistas de Bogotá desde lo alto de la Torre Colpatria.
2. La catedral de sal de Zipaquirá
Situada a 50km al norte de Bogotá, la catedral de sal de Zipaquirá merece una visita.
Para llegar al pueblo de Zipaquirá desde la Candelaria hay que tomar el autobús D-95 y, posteriormente el B-92, que lleva al Portal del Norte, el terminal principal desde donde salen todos los autobuses hasta este destino.
Desde Portal del Norte son unos 90 minutos de trayecto hasta Zipaquirá.
Finalmente, una vez en el centro de Zipaquirá, se tardan unos 20 minutos a pie para llegar a la catedral.
Habitualmente, hay que esperar a juntarse en grupos de 30-40 personas para hacer la visita guiada, que dura unas 2 horas.
La visita transcurre a lo largo del tercer nivel de una inmensa mina de sal de 600 hectáreas, a unos 300 metros de profundidad.
A lo largo del inmenso pasillo principal se ven profundos túneles que penetran hacia los lados, fruto de la extracción de sal mediante distintas técnicas de perforación. En cada uno de los túneles hay esculpidas cruces, altares o figuras de ángeles.
Al final del pasillo principal se accede a una enorme catedral de unos 80 metros altura, en cuyo interior caben unas 9000 personas. En el altar, yace una inmensa cruz de 18 metros de alto por 10 de ancho.
Foto del interior de la catedral de sal de Zipaquirá, situada en el interior de una prolífica mina de sal.
Como dije antes, la catedral está ubicada en medio de una mina activa con reservas de sal para 500 años más, y se originó por la devoción religiosa desinteresada de los propios mineros.
Actualmente, esta catedral es, además de un lugar de culto religioso, un lucrativo museo nacional.
3. Descubrir los secretos del café en Manizales
Manizales es una ciudad de unos 300.000 habitantes situada a unos 280 km de Bogotá, en el corazón del eje cafetero colombiano.
Llegar hasta allí requiere tomar un autobús durante 8 horas, trayecto que transcurre por estrechas carreteras, cordilleras montañosas, lagos y pequeños pueblecitos de la Colombia más rural.
Una vez en mi albergue, Mountain House, contraté la típica actividad de esta región del país, visitar una plantación de café y descubrir todos los secretos de esta estimulante producto.
En mi caso, elegí la Hacienda Venecia, una preciosa finca situada en un valle rodeado de verdes montañas. Allí, junto a un grupo de huéspedes de la propia finca, pudimos descubrir todos los secretos del proceso de cultivo del café:
- Paseamos sobre los cafeteros del terreno, de 170 áreas de extensión.
- Vimos el proceso de recolección y secado, así como el sistema de envasado del café para su exportación. Una vez en el país de destino, se tuesta y se muele, para que no pierda sus propiedades aromáticas.
- Pudimos degustar los diferentes tipos de café con sus diferentes aromas: jazmín, limón, canela…
Izquierda: caminando entre cafeteros y granos de café. Derecha: hundiéndome en granos de café descascarillados y secos.
También aprendimos algunas curiosidades sobre el café, como que:
- Llegó a Colombia proveniente de Europa.
- Su excelente clima y la riqueza de sus tierras permiten dos cosechas año en lugar de una.
- El colombiano es de los mejores del mundo, junto con el de Etiopía, Costa Rica, Jamaica, Panamá e Indonesia.
- Los cafés colombianos de calidad garantizada tienen en su envase la imagen de Juan Valdez, la típica caricatura del hombre con mostacho y sombrero acompañado de su caballo.
- En Colombia se consume café de mala calidad, ya que los mejores granos son exportados a otros países. En casa del herrero…
Sello oficial de Juan Valdez ®, que certifica la calidad de un buen café colombiano
4. Visitar el Nevado del Ruiz con el lechero (Manizales)
Cuando visité la región de Manizales, el parque nacional del Nevado del Ruiz estaba cerrado al público por peligro de erupción. Además, no había transporte público que llegase cerca de allí.
La única opción para acercarme al lugar fue a través de un contacto del propio hostal, que nos comentó que, cada día, Freddy, un lechero local, hacía una ruta por el interior del parque hasta los lugares más remotos del mismo.
Así pues, lo llamamos para acompañarle al día siguiente a recoger leche de las pequeñas granjas del lugar.
La excursión empezó a las 5 de la mañana, tras tomar un taxi hasta un triste parking de Manizales. Allí apareció Freddy, con su furgoneta llena de bidones metálicos vacíos.
Acompañado de Josef, otro mochilero alemán, salimos de Manizales hacia el parque nacional cuando todavía era de noche y podían verse las luces de la ciudad a medida que subíamos por las montañas.
Izquierda: la curiosa furgoneta del lechero Freddy. Derecha: recogiendo leche por los pequeños pueblecitos cercanos al Nevado del Ruiz.
Empezamos a llenar bidones de leche a 2.150 metros, y terminamos en un enclave montañoso llamado Sifón, a 4.050 metros. Sólo hicimos una pausa en un pequeño bar de montaña, donde tomamos un café solo con una gran loncha de queso fresco.
Durante el trayecto pudimos observar el pico del Nevado del Ruiz, a 5.300 metros, siempre rodeado de una neblina volcánica que éste emite sin cesar, así como de la flora característica del lugar, incluyendo unas bonitas flores de color blanco intenso y los frailejones, plantas en forma de palmera de 1 o 2 metros de altura.
De fondo, el pico del Nevado del Ruiz (5.300m); y yo, rodeado de los típicos frailejones endémicos.
El frío allí arriba es intenso, así que agradecí sobremanera haber traído mi gorro, mis guantes, mi abrigo y mi paravientos. Además, la furgoneta de Freddy era un vehículo abierto sin ventanas, con capacidad para 8 personas y un gran espacio trasero para la leche.
Resultó muy folkórico pasearse por un enclave tan agreste con el lechero a bordo de un vehículo destartalado, pero eficaz, al ritmo incesante de cumbia, ballenatos y otras músicas locales.
Una vez llegamos al punto más alto, bajamos para recuperar todos los bidones de leche llenos y volvimos de nuevo a la ciudad de Manizales. Freddy no cobraba nada, pues ya hacía su trabajo habitual, aun y así le dimos una propina equivalente a 20 euros (10 euros por persona).
Para terminar, te dejo con un breve video del trayecto que hice con Freddy aquel día:
5. Subir al volcán y alimentar cóndores en Puracé
Desde Manizales me dirigí a Popayán, la ciudad base desde donde se accede a la región de Puracé.
Para llegar a Popayán tuve que ir de Manizales a Cali (unas 6 horas para recorrer 350 kilómetros), y de Cali tomar en la misma terminal otro autobús hacia Popayán (casi cuatro horas y 130 kilómetros más).
Tras pasar la noche en Popayán, tomé otro autobús a las 5 de la mañana que se dirigía a La Plata, a 8 horas de allí. Por suerte, debía pararme en El Cruce de la mina o Pilimbilá, a una hora y media de Popayán.
El trayecto transcurríó por una recóndita carretera de tierra de difícil acceso. Prácticamente no había tráfico, y pasamos por pequeños pueblecitos rodeados de verdes bosques, cascadas y vacas que pastaban tranquilamente. Los pasajeros que subían y bajaban tenían evidentes rasgos indígenas: tez muy morena, baja estatura y vestimentas tradicionales, como sus típicos ponchos de lana sin mangas y rayas horizontales.
Al bajar en el cruce de Pilimbilá, me vi solo en medio de un camino de tierra en medio de las montañas. Por suerte, vi un desvío que ponía “Volcán”, así que lo tomé y seguí caminando un par de kilómetros, hasta llegar al desvío de Pilimbilá, que empecé a recorrer. En 10 minutos más llegué al refugio del parque nacional de Puracé.
1. Ascenso al Volcán Puracé
Nada más llegar, me estaba esperando Noé, el guía local con el que había contactado dos días antes por teléfono. Empezamos el ascenso a las 8 de la mañana.
El ascenso al Volcán Puracé empieza en el refugio, a 2.400 metros de altura; y termina en el punto culminante del cráter, a 4.800 metros, así que hay que estar preparado para un considerable desnivel.
La primera parte de la ruta asciende de forma progresiva unos 1.500 metros, hasta los 3.900 metros, pero se hizo bastante ameno gracias a las explicaciones de Noé, un auténtico experto en flora local.
La segunda parte del ascenso es más dura, y consiste en subir 900 metros de forma mucho más abrupta en apenas 2 horas. Por el camino, pueden observarse varios lagos, e incluso unas minas de azufre que todavía están en plena explotación.
Antes de llegar a la cima, son visibles emisiones de vapores sulfurosos, que prueban la actividad latente de la montaña y justifican su catalogación como volcán en peligro de erupción. No obstante, ello no impide que el frío sea intenso y que el viento sople violentamente, con lo que hay que ir muy bien protegido.
Las vistas del cráter, de unos 1000 metros de diámetro, son espectaculares. Valió la pena recorrer todo el perímetro, lo cual nos llevó una hora más. La última parte transcurrió por una zona de emanación de gases tóxicos de azufre que rugían con inusitada furia.
El descenso lo hicimos rápidamente, en apenas 2h y 30 minutos.
Al llegar, después de largas horas de esfuerzo y muchos metros de desnivel, estábamos hambrientos, así que agradecimos haberle pedido comida a la cocinera del refugio antes de partir.
Izquierda: en la cresta del cráter del volcán Puracé, donde hacía un viento de mil demonios. Derecha: cráter del Volcán Puracé.
Por la noche, el parque nacional seguía absolutamente vacío, así que pude dormir solo en una cabaña para 7 personas. Eso sí, el frío se hizo duro de soportar, y ni siquiera la hoguera que hice sirvió para calentar la estancia. Por suerte, pude tomar 4 o 5 mantas de las otras camas para entrar en calor.
2. Alimentando cóndores en el parque nacional de Puracé
Al día siguiente llegaron en masa 40 turistas locales para hacer el ascenso al volcán. Por suerte, yo pude dedicarme a otros menesteres.
Después del desayuno, apareció Jairo, el responsable de alimentar a los cóndores salvajes. Tuve la suerte de que aquel día iba a ir con sus tres ayudantes a alimentar a estas emblemáticas aves. No tuvieron problema en que les acompañara a cambio de contribuir a pagar una parte de los alimentos.
Tras 5 kilómetros en Jeep, nos dirigimos a una zona sobreelevada donde protuyen 3 o 4 grandes rocas. Allí mismo dejamos un gran hígado y un pulmón de vaca.
15 minutos más tarde aparecieron 3 o 4 gallinazos y, más tarde, un guaraguau, un ave rapaz de color beige parecida a un águila.
Cuando aparecen rivales es más fácil que el cóndor haga acto de presencia, me comentó Jairo, pues a éste no le gusta la competencia. Efectivamente, pocos minutos más tarde, un gran cóndor pasó por encima de nuestras cabezas para luego dar la vuelta y posarse en una de las rocas. En ese momento, con un fuerte aleteo, barrió de un plumazo al resto de carroñeros, que salieron volando despavoridos.
Al poco, apareció un segundo ejemplar, algo más pequeño, una hembra. Ambos estuvieron comiendo y revoloteando por el lugar unos 20 minutos. Fue un espectáculo digno de presenciar.
Izquierda: llegando el primer cóndor. Derecha: cóndor andino macho comiendo y, de fondo, un ejemplar de cóndor andino hembra.
Curiosidades sobre el cóndor del Puracé:
- El cóndor es una enorme ave carroñera endémica de las zonas andinas suramericanas.
- En edad adulta, con sus alas extendidas, pueden tener de 2 a 3 metros de envergadura.
- Está en peligro de extinción. En aquel momento, en el parque nacional de Puracé sólo había 3 ejemplares: 1 macho y 2 hembras.
- Las hembras de esta especie sólo ponen 1 huevo cada 2 años.
Para concluir, te dejo con un breve video de los cóndores andinos de Puracé:
6. Ir en bicicleta a los termales de Coconuco (Popayán)
Tras 2 días en el parque nacional de Puracé, quise pasar un día en Popayán y descargar un poco el cansancio en las conocidas termas de Coconuco, a 30 kilómetros de la ciudad.
El plan habitual es simple: contratas una empresa para subir en furgoneta con tu bicicleta los 30 duros kilómetros de subida, te bañas tranquilamente en las piscinas de agua caliente y bajas plácidamente en tu bici.
No obstante, era festivo y, justo antes de salir, me dijeron que una familia de 4 personas había contratado la misma actividad, así que no había sitio para un quinto turista, y no era rentable para ellos alquilar un segundo coche sólo para mí.
Para compensarme, me ofrecieron gratuitamente el alquiler de una bicicleta para que me espabilara por mi cuenta. Acepté la oferta.
En un primer momento sospesé la posibilidad de hacer el ascenso en autobús local; pero, al final, me marqué como reto hacer tanto la ida como la vuelta por mi propio pie. Así entrenaba un poquito. Al final, mi día de relax se fue a pique y se convirtió en un puerto ciclista de alto nivel.
Los 30 kilómetros de ruta de Popayán (1.737 metros) hasta los termales de Coconuco (2.850 metros) ascienden más de 1.100 metros, así que aquello no iba a ser un juego de niños.
Los primeros 6-7 kilómetros subían de forma bastante empinada por una carretera asfaltada y en buen estado. A partir de ahí, se entra en un área montañosa de bellos paisajes formados por flores y un sinfín de cruces que conmemoran las abundantes muertes por accidente de tráfico que se han ido produciendo con los años.
A partir del kilómetro 15, la carretera se hace más estrecha, y discurre por un valle situado entre las faldas de las dos cadenas montañosas que lo conforman. Desde ahí, sólo te encuentras algunas casas aisladas, un mecánico y una pequeña tienda de comestibles, donde paré para beber algo.
Al llegar al pueblo de Coconuco, descubrí que aún quedaba una media hora de ruta a través de un pequeño desvío sin asfaltar repleto de piedras y cuyo desnivel fue el más duro de todos. Tras maldecir la susodicha carretera 20 veces, llegué al centro termal. En total, fueron 3 horas de sufrido ascenso.
Con las piernas destrozadas, disfruté como nadie del aquel bonito centro termal, compuesto por 3 grandes piscinas poco profundas, un par de jacuzzis y una docena de minipiscinas para 4-5 personas.
Izquierda: a punto de iniciar el ascenso desde Popayán hasta los termales de Coconuco. Derecha: termales de Coconuco.
El agua era de color verdoso-marrón y apestaba azufre. También había chorros de agua fría, recomendables de usar cada 10 minutos para evitar bajadas de presión, como le pasó a un joven de unos 90 kilos que, al salir del agua caliente de forma súbita, cayó en redondo como un pulpo y quedó inconsciente varios minutos.
En poco más de una hora tuve la dosis suficiente de agua caliente. Además, los calambres que tenía en las piernas habían remitido, así que decidí volver a Popayán.
La vuelta fue mucho más plácida y, a pesar de algunas pequeñas cuestas, pude disfrutar mucho más del trayecto y de los paisajes. De hecho, me permití el lujo de ponerme los auriculares y disfrutar de algo de música durante el descenso.
7. Visitar el mercado de Silvia el día de los Guambino
Ya que estaba en Popayán, decidí pasar un día más por la zona y visitar el mercado de Silvia, situado a 50 kilómetros, que se recorren en una hora y media en una pequeña furgoneta pública de 8 plazas.
El atractivo del mercado de Silvia radica en que, una vez a la semana, los martes, los Guambino, una de las 68 tribus indígenas de Colombia, salen de su refugio y se dirigen al mercado para vender sus frutas, verduras, ropas y otros artilugios.
Los Guambino son una de las tribus indígenas que mejor ha resistido la represión colonialista. Han conseguido mantener intacta su cultura y su lengua, y visten aún hoy en día su traje tribal característico.
Vale la pena pasear por el mercado, situado en la plaza mayor del pueblo y sus inmediaciones, y dedicarse a observar el ambiente y sus característicos marchantes.
Físicamente, los Guambino se corresponden al perfil de andino típico: pequeña estatura, tez morena y facciones indígenas marcadas. También sorprenden sus vestimentas, que incluyen faldas de colores azul y un pequeño sombrero negro. Las mujeres, además, suelen llevar una especie de instrumento con el que hacen ovillos de hilo, y se entretienen jugando con el tejido que confeccionan.
Mujeres y hombres de la tribu indígena de los Guambino. Silvia, Colombia.
Al día siguiente, di por terminado mi periplo por Colombia y fui directamente a Ecuador.
Llegar a Quito me llevó 17 interminables horas, las primeras 6 fueron para llegar hasta Pasto. Desde Pasto, tuve 2 horas y media más hasta Ipiales, un bonito trayecto lleno de curvas que se infiltran entre las montañas de los andes.
Una vez Ipiales, sellé mi pasaporte en ambos lados; el colombiano y el ecuatoriano; pero aún estaba a mitad de mi destino, que era Quito…
No obstante, esta parte de la historia corresponde ya a otro artículo.
Mapa de los lugares descritos de Colombia
A continuación te adjunto un pequeño mapa en el que verás ubicados todos los lugares que he descrito a lo largo de esta guía-relato sobre Colombia.
Espero que te sea de utilidad.
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Información sobre la historia, la sociedad y la cultura colombiana
1. Historia express de Colombia
Colombia fue “descubierta” por España en 1499, y no fue hasta 1819 cuando Simón Bolívar, junto a un ejército de británicos, declaró la independencia definitiva.
Dos años más tarde se fundó el estado de Gran Colombia, formado por Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá, cuyo presidente era el propio Bolívar. Tristemente, el país se resquebrajó rápidamente, aunque Colombia quedó todavía adherida a Panamá hasta inicios del siglo XX.
A mediados del siglo XX, estalló una gran guerra civil entre los partidos liberal y conservador hasta que, en 1957, ambos partidos decidieron compartir el poder durante 16 años, reprimiendo toda actividad política.
2. Las guerrillas armadas
La situación política represiva de los años 1950 y 60 fomentaron la aparición de guerrillas independentistas violentas, como la de las FARC (Fuerzas armadas revolucionarios de Colombia) o la ELN (Ejército de liberación nacional).
Estas guerrillas fueron fuertemente reprimidas por el ejército y, a partir de los años 80, aparecieron también los grupos paramilitares AUC (Autodefensas unidas de Colombia), formados por colombianos ricos que pretendían proteger sus tierras y contrarrestar la actividad de las guerrillas.
Os podéis imaginar el caos que todo ello debió generar, especialmente en zonas rurales. Y también el gran número de víctimas afectadas por el fuego cruzado entre todos los bandos (especialmente la gente pobre del campo).
En 2002, por ejemplo, lanzaron 3 proyectiles el día de la investidura del presidente Uribe. Uno casi acaba con su vida, mientras que otros dos cayeron en otras partes de Bogotá, generando multitud de muertos y heridos.
Por suerte, a partir de los años 80, los grupos paramilitares empezaron a ser integrados en la vida política nacional y, hoy en día, las guerrillas han perdido la mayor parte de su actividad.
Aun y así, las guerrillas siguen activas.
Las guerillas armadas en Colombia, aunque muy debilitadas, todavía continúan activas en ciertas zonas aisladas de la selva. Foto por Getmilitaryphotos, vía Shutterstock
3. La industria de la droga
Junto a la proliferación de las guerrillas empezó a desarrollarse la industria del narcotráfico, que explotó en los años 1980.
La mafia más famosa y mediática fue la de Medellín, comandada por Pablo Escobar, que llegó a tener dos periódicos y a fundar su propio partido político, que se ofreció a pagar toda la deuda externa de Colombia si era elegido presidente.
El gobierno reprimió el narcotráfico por todas las vías, incluyendo expropiaciones de miles de sus propiedades. Las mafias, por su parte, respondieron con atroces actos terroristas.
Escobar fue perseguido activamente hasta que, en 1993, una unidad especial de más de 1000 hombres logro acabar con su vida.
Sin embargo, otros cárteles ocuparon su lugar y fueron prosperando hasta hoy en día, momento en que Colombia sigue luchando encarnizadamente contra el narcotráfico.
El narcotráfico, es todavía una actividad efervescente en la Colombia actual. Foto por Gorodenkoff, vía Shutterstock.
Información práctica para viajar a Colombia
1. Precios en Colombia
Es complicado y arriesgado aventurarse a hablar sobre los precios de un país, pues éstos pueden variar rápidamente debido a la inflación o a los momentos socio-económicos.
La moneda colombiana es el COP o peso colombiano.
Cuando visité Colombia, puedo decir que era bastante barato en general respecto a los precios medios que vemos en Europa. Tal vez podría decir que éstos equivaldrían a un 50 o 60% de lo que costaba vivir en España en aquel momento.
Recuerdo que el salario mínimo en Colombia rondaba al equivalente de los 300 euros.
Desgraciadamente, en Colombia, el 60% de la población vive en la pobreza, y el gobierno no suele ser muy generoso en cuanto a ayudas e inversiones en salud y educación.
2. Idiomas
Como ya sabrás, en Colombia se habla español; eso sí, con su particular acento, que aún hoy en día se me hace difícil de imitar.
Como es normal, cada país tiene sus propias palabras y expresiones, así que acostúmbrate a recibir un “con gusto”, cuando des las gracias, o un “chévere” o “bacano” cuando algo es de su agrado.
También es normal que te llamen “papi” si eres hombre o “mami” si eres mujer. Para pagar utilizan la palabra “cancelar”, y cuando piden algún producto en el restaurante o en el mercado suelen utilizar el verbo “regalar”: “regálame unos pimientos, o una hamburguesa doble”.
3. Transportes y conducción
En Bogotá no hay metro, pero hay una extensa y eficaz red de autobuses llamada Transmilenio.
Además, los taxis son bastante baratos si tenemos en cuenta que los precios de la gasolina son relativamente caros; con lo que es una buena alternativa para moverse por las ciudades.
En Colombia el transporte terrestre de larga distancia se hace en autobús, pues no hay trenes.
Los autobuses son amplios y puntuales, tienen cómodos asientos reclinables y los precios son bastante asequibles. Suele haber televisor a bordo y, a veces, incluso Wifi. Además, a diferencia de otros países, suelen poner el aire condicionado a temperatura moderada. Es decir, no te congelas, aunque siempre viene bien abrigarse un poco.
También tienes la opción de tomar un vuelo interno, aunque los precios son más elevados. Yo tomé el vuelo Leticia-Bogotá al inicio de mi viaje.
4. Peligros y seguridad en Colombia
Antes de ir a Colombia tenía la idea de que se trataba de un país peligroso, hostil y caótico donde abundaba la violencia y los secuestros. Sin duda, todo ello era producto de los medios de comunicación, la ignorancia y la fuerte repercusión que ha tenido la industria de la droga y las guerrillas armadas.
Por suerte, en los últimos años, la activa lucha que del gobierno ha emprendido contra las guerrillas, el narcotráfico y la violencia, ha mermado mucho su impacto o, por lo menos, su visibilidad en la vida cotidiana.
Ahora mismo, Colombia es un lugar pacífico y seguro que puede visitarse con total tranquilidad usando el sentido común y precauciones básicas.
Recuerdo que, en el centro de Bogotá, por ejemplo, había siempre uno o varios policías en cada esquina, lo cual deja entrever el compromiso del gobierno con la seguridad.
Un día, mientras caminaba solo de noche por la capital, algo inesperado ocurrió, y dos tipos empezaron a correr cuesta abajo por una calle. Inmediatamente, 4 policías empezaron a perseguirlos, y luego otros 5 o 6 procedentes de otra esquina. Al instante, los dos individuos fueron reducidos, registrados y detenidos.
En las carreteras, también hay un fuerte despliegue policial, visible en los abundantes controles que las fuerzas del orden acostumbran a realizar para verificar la documentación de la gente de forma telemática.
Además, durante mi incursión en zonas rurales, nunca tuve o percibí ningún problema de seguridad.
Es cierto que oí historias de algunos viajeros que habían sido víctimas de atracos o agresiones. Y me crucé por la calle con multitud de mendigos, lo cual denota la pobreza del país.
De todas formas, como ya dije al inicio, a día de hoy, Colombia es un lugar seguro que puede visitarse sin mayores problemas.
Izquierda: mis expectativas antes de llegar a Colombia. Derecha: la realidad de lo que me encontré. Fotos por LE GALL 29 y Monkey Business Images, vía Shutterstock.
Sólo cabría preguntarse qué ocurriría en Colombia si no hubiera tanto despliegue de las fuerzas del orden. En España, por ejemplo, apenas se necesita presencia policial para mantener el orden y la seguridad ciudadana. ¿Sería el mismo caso en Colombia?
5. Sobre la gente
Mi experiencia con los colombianos fue excelente. Jamás vi gente tan amigable, simpática, abierta y con buena disposición de ayudar.
Recuerdo que era un verdadero placer ir por la calle y preguntar cualquier cosa, pues los colombianos suelen dejar lo que están haciendo para responderte con una sonrisa y con su típico “a la orden” o “con gusto” una vez te despides de ellos.
6. Clima, geografía y facilidad para hacer turismo
En Colombia es fácil moverse como turista: como ya dije, la seguridad es buena, los transportes son eficaces y está lleno de albergues y empresas dedicadas a ofrecer alojamiento y actividades turísticas.
Por otra parte, en la ruta de Bogotá a Ecuador, hay que prepararse para el clima frío y lluvioso. En Bogotá, las temperaturas medias son de unos 15º, y llueve frecuentemente. Así que hay que preparar ropa de abrigo.
Al descender por el eje cafetero, las temperaturas también refrescan, y se acompañan de fuertes lluvias; no en vano esta ruta discurre por enclaves montañosos a lo largo de la cordillera de los andes.
7. La cocina
En Colombia prepárate, por ejemplo, para comer grandes cantidades de fruta tropical y zumos naturales: puedes encontrar lulos, guanábanas, carambolas y cualquier otra variedad tanto en mercados como en las innumerables tiendas ambulantes que hay por todas partes.
Uno de lo platos típicos son las arepas, aunque los venezolanos insisten en apropiarse en exclusiva de esta especialidad. Se consumen a cualquier hora, como acompañamiento de las comidas o como snack para picar entre horas.
Para almorzar, no dudes en entrar en algún mesón y tomar el menú ejecutivo (del día), los precios son muy asequibles, y suelen llevar un entrante (sopa), plato principal (carne, pescado o pollo) con sus “principios” (o acompañamientos: pasta, frijoles, arroz o verduras). Y siempre incluyen alguna bebida, ya sea limonada o juego de frutas.
Una bebida típica es la chicha, hecha a base de maíz fermentado de ligera alcoholización. Se dice que es la bebida alcohólica de los pobres.
Para terminar, si tienes hambre entre horas, puedes compararte queso con bocadillo: un par de lonchas de queso y, en medio, el bocadillo, que no es más que una loncha de una confitura parecida al membrillo.
Izquierda: Zumo de Guanábana, típico en Colombia. Derecha: queso con bocadillo, un snack muy conocido en tierras colombianas. Fotos por Francisco Rodríguez y funkyfrogstock, vía Shutterstock.
8. Otros: Internet, bancos, corriente…
Internet
Hay Internet con Wifi en casi todos los hostales y albergues. Es más, cuando estuve en Colombia, la velocidad de la conexión era superior a la que teníamos en España.
En la calle había muchos puestos callejeros para llamar, e incluso personas con teléfonos móviles que te ofrecían usar sus terminales al precio de unos pocos céntimos por minuto.
Bancos
Hay cajeros automáticos en todas las ciudades. Siempre usaba los del BBVA, pues hubo otros, como los de Bancolombia, que no me entregaban dinero.
Corriente
Se necesita el enchufe de dos puntas finas, planas y muy juntas. Al igual que en Venezuela y Brasil.
Tipo de enchufe y adaptadores necesarios para viajar a Colombia.
Curiosidades sobre Colombia
Para terminar con esta guía de Colombia, te dejo algunas curiosidades sobre este bonito país:
- La talla del territorio del país es el equivalente al de España, Francia y Portugal, COMBINADOS.
- Colombia tiene 3 regiones-ecosistemas principales: su parte occidental formada por la cordillera de los andes y otras cadenas montañosas; la oriental, cuya parte norte es básicamente territorio de sabana, y la sur, que es principalmente selva amazónica
- Colombia tiene más variedad de especies animales y vegetales por unidad de superficie que cualquier otro país del planeta.
- Colombia tiene una población de unos 50 millones de habitantes, sólo siendo superada por Brasil y México como países más poblados de América del sur y central.
- La mayoría de la población colombiana es católica
- Algunos de los artistas más famosos de Colombia son Shakira y Juanes.
- En Colombia se consume mucha música española, tipo Alex Ubago, David Bisbal, Miguel Bosé, Héroes del Silencio…pero también viejas glorias como Julio Iglesias, Manolo Escobar, Mecano o Jose Luís Perales. De hecho, muchas personas me preguntaban por grupos o cantautores españoles que jamás había escuchado.
- En casi todos los hostales de Colombia ofrecen café gratis, lo cual hace honor a su gran tradición cafetera.
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Y hasta aquí llega mi pequeña guía de mejores lugares y consejos para visitar Colombia desde Bogotá hasta Ecuador.
Ahora, es tu turno: ¿qué te ha parecido este artículo? ¿Ya conocías Colombia? Y, si es el caso, ¿habrías añadido algo más?
Déjame tu comentario aquí abajo, siempre es un placer leer vuestros comentarios.
P.D. Foto de portada por Javier Crespo, vía Shutterstock
Hola Ubay ,espero que sigas tan estupèndo, Como Siempre,, en todos los aspectos,,
Colòmbia,me imaginaba Un país conflictívo a nivel política Y mafias,,,Por Lo que nos cuentas,se aprecia, Un país Con mucha riqueza ,en su amplio sentído,,,Cultura,gentes, geografia, Un país Rico,,
Piènso, què es Muy diferènte, el viajar Hasta allí Y vivírlo,en primera persona, qué, vivirlo Desde La zona de confort,,,En casa,,,
Bonitos recuerdos,,,,
Un cordial saludo,
Mucha Salud,,,
Hola Toñi,
Sí, creo que desde España nos han vendido la idea de que Colombia es un país inestable y peligroso; pero, en los últimos años se ha convertido en un país seguro que, además de ser precioso, está lleno de gente maravillosa. Quedé gratamente sorprendido de Colombia, es un destino que recomiendo al 100%
Por aquí todo bien gracias, espero que tú te encuentre también fenomenal
¡Un abrazo!
Hola, me encanto este blog, soy de la ciudad de Manizales y que bueno que hayas visitado el nevado del Ruiz. Cerca de manizales tambien se encuentra salento que es un gran atractivo y los parques temáticos que quedan cerca a este pueblo. Saludos y suerte