¿Conoces Madagascar?
En mi caso, poco sabía de este aislado país cuando tomé la decisión de visitarlo. Por tanto, no tenía ni idea qué iba a encontrarme cuando me compré el billete de avión desde Mayotte, la isla vecina en la que llevaba 7 meses trabajando.
Al final, pasé un mes en Madagascar antes de proseguir mi viaje por otros países de África y, sin duda alguna, acabó siendo uno de mis países preferidos, pues allí viví algunas de mis mejores experiencias como viajero.
Si algún día te planteas visitar un país exótico, lejano y barato repleto de animales endémicos, plantas extrañas y formaciones geológicas únicas, es posible que Madagascar sea lo que buscas. Si aún no lo tienes claro, a continuación te presento una lista de 10 motivos por los cuales deberías plantearte la posibilidad de viajar a esta tierra de ensueño:
1. Los tsingys
Los tsingys son formaciones rocosas erosionadas cuya forma recuerda a la de una estalagmita. Suelen ocupar grandes extensiones y, al verlos, uno tiene la impresión de encontrarse ante un mar de olas petrificadas.
Existen tsingys de varios colores que dependen de los minerales que continen la tierra en la que se encuentran. En el norte de Madagascar pude ver tsingys rojos, ricos en hierro, y tsingys grises. ¿Por qué sólo pueden verse en Madagascr? No tengo ni idea.

Tsingys rojos del norte de Madagascar
2. Los lémures
Los lémures son unos simpáticos primates cuyo aspecto se encuentra a medio camino entre un pequeño chimpancé y una ardilla. Suelen ser animales de ojos saltones y largas colas dotados de gran agilidad para desplazarse de árbol en árbol, su hábitat natural.
Tristemente, estos entrañables animales, endémicos de Madagascar, se encuentran en peligro de extinción debido a la deforestación que sufre el país. Sin embargo, aún pueden verse multitud de especies, como lémur sportif, que vive dentro de los troncos de los árboles; el lémur de corona dorada, de pelo blanco y ojos rojos, o el mítico aye-aye, una especie nocturna muy difícil de ver.

Izquierda: Lémur de corona dorada (unos de los 25 primates más amenazados del mundo). Derecha: Lémur Indri
3. Los camaleones
Es posible que en Madagascar puedas ver más variedades que camaleón en ningún otro lugar. Dondequiera que vayas puedes encontrarte con algún ejemplar y observar cómo en cuestión de segundos es capaz de cambiar el color de su piel.
Los camaleones pueden tener más de medio metro de longitud, aunque en algunos lugares de Madagascar (Ankàrana o Nosy Mangabé) pueden verse especies endémicas que apenas superan los 2 cm.

Izquierda: un camaleón mirándome de reojo. Derecha: camaleón endémico de Nosy Mangabe, uno de los más pequeños del mundo
4. Los Baobabs
Madagascar se separó de África hace millones de años y, por tanto, la evolución de las especies siguió su propio camino. Ese es el motivo por el que hay tantos animales y plantas únicos en estas tierras.
El baobab es una de estas especies, en este caso de tipo vegetal. Se trata de un árbol de extraña forma y descomunal anchura que puede llegar a tener miles de años de edad. Es mejor verlo para tener una idea clara de su aspecto. Pueden verse en Madagascar y Mayotte, aunque hay algunas variantes en África continental y Australia.

El baobab. Un árbol espectacular de descomunal anchura llamado también “árbol botella”
5. Sus aldeas remotas
Madagascar es un enorme país (dos veces la talla de Francia) donde todavía existen zonas remotas y aisladas prácticamente vírgenes. Cuando recorrí la costa de la vainilla, al llegar al pueblo de Antalaha me encontré con que no había más carretera para seguir el viaje.
Para llegar a la siguiente población “civilizada” tuve que andar durante cuatro días por zonas rurales en las que sólo había aldeas formadas por casas de barro y paja y niños que alucinaban ante la presencia de un forastero de piel blanca. Allí, el agua corriente es el río, y las lámparas de aceite aún no han sido sustituidas por la electricidad. Por supuesto, nada de Internet. Sin embargo, fue una experiencia inolvidable.

Izquierda: Aldea malgache. Derecha: Los niños de Madagascar, curiosos y eternamente sonrientes.
6. El olor a vainilla
La zona noreste de Madagascar es llamada la costa de la vainilla. De hecho, casi el 80% de la producción mundial de vainilla se produce ahí. Cuando visité el país era época de cosecha, así que había vainas de vainilla secándose por el suelo de todos los mercados y aldeas. El intenso y delicioso aroma de vainilla era onmnipresente.
En una ocasión llegué a un poblado de noche y no había ningún hotel o pensión disponible. Lo único que me ofrecieron fue dormir en un colchón sucio dentro de una despensa de vainilla. Tuve que aceptar la oferta y, a pesar de todo, el rico perfume de esta especie me ayudo a dormir como un tronco.

Vainas de vainilla secándose al sol y desprendiendo su intenso y delicioso aroma
7. El estofado de murciélago
Puede que hayas comido escorpiones en México, cocodrilo en Kenya o tarántulas en Cambodja, pero, ¿qué me dices de un estofado de murciélago?
En una de las aldeas que visité durante mi viaje, ese era el plato del día. Venía a compañado de arroz y frijoles. No voy a mentir, así que reconozco que no estaba muy bueno. Era chicloso e insípido, así que no disfruté demasiado de la comida. Será porque me tocó el ala. Por suerto, quedó como una anécdota para contar en uno de mis artículos 😉

¿Te apetece un “delicioso” estofado de murciélago?
8. Sus playas paradisíacas vírgenes
Sí, sé que también hay playas paradisíacas en el Caribe, en Indonesia, en el Pacífico y en muchos otros lugares del mundo. Pero jamás había visto playas tan bellas en lugares tan vírgenes como en la costa el noreste de Madasgascar. Al ser una región tan aislada y mal comunicada hay kilómetros de increíbles playas de arena blanca y cocoteros. ¡Y sin un turista o un solo hotel a pie de playa!

En Madagascar abundan las playas paradisíacas completamente vírgenes
9. Viajar en Barco mercante
En las regiones remotas de Madagascar a veces no hay más remedio que ir a un puerto y buscar un barco mercante para ir a tu próximo destino. Ese fue el caso cuando tuve que ir de Maroanatsetra hasta Mananara (noreste del país).
La experiencia consistió en: pedir permiso al capitán del barco para que me dejara embarcar con la bicicleta, nada para comer y el suelo para dormir. ¡Madagascar en estado puro!

El “cómodo” barco mercante que me llevó de Maroanatsetra hasta Mananara
10. Ir en bicicleta por la peor carretera del mundo
En un momento dado, mi compañero de viaje y yo decidimos comprar una bicicleta y realizar una parte del trayecto sobre dos ruedas en lugar de tomar otro barco mercante. Y a pesar de que todo el mundo nos advertía del pésimo estado de la carretera seguimos adelante con el plan.
Al final fueron dos días de lucha entre rocas, barro, pendientes terroríficas y ríos que cruzar. Tuvimos 4 pinchazos, un neumático roto y un portaequipajes destrozado. Acabamos llegando, pero con sudor y lágrimas. No obstante, los hermosos paisajes de la ruta, repletos de bosque tropical, aldeas malgaches y playas de aguas turquesas compensaron de sobra el esfuerzo realizado.

El estado de las carreteras del noreste del país es deplorable, pero los paisajes son impresionantes
Estos han sido mis 10 motivos para visitar Madagascar, ¿qué te han parecido?, ¿te animarías a ir? Por otra parte, si ya conocías el país, ¿crees que habría que añadir alguno más? ¡Espero tu comentario!
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