En otros artículos he hablado sobre qué es tu Esencia e incluso sobre cómo hablar con ella para convertirla en la brújula que guíe tus pasos.
Tras la lectura de dichos artículos algunos lectores me habéis escrito haciéndome la misma pregunta: “Sí, muy bien, queda claro qué es la Esencia y cómo comunicarse con ella, pero ¿cómo sé si estoy conectado con mi Esencia? ¿Cómo puedo saber si estoy viviendo según sus dictados?»
Con este post me gustaría contestar a esas preguntas y, para hacerlo, querría compartir una reflexión que realicé durante un mañana cualquiera antes de ir a trabajar y que describe de forma amena y personal los efectos que tiene el hecho de estar o no conectado con tu Esencia…
¿Cómo te sientes cuando no estás conectado a tu Esencia?
“Esta mañana he empezado el día con ansiedad, miedos y pensamientos negativos. No me apetece empezar el día, mi energía está bajo mínimos y me va a costar enfrentarme a mis primeros pacientes, pues para ayudar a otra persona es imprescindible que estés en plenitud y armonía contigo mismo.
Me siento temeroso e inseguro de mis capacidades. Mi autoestima está bajo mínimos. Y no me apetece tener contacto con nadie, pues siento que cualquier cosa que me altere puede hacerme saltar por los aires.
En esos instantes, respiro profundamente e intento ver las cosas desde la distancia…Y entonces me doy cuenta de que este estado de ánimo, negativo y destructivo, responde a un claro hecho: al hecho de estar desconectado de mi Esencia.
Nuestra Esencia es nuestro fulcro personal, una la fuerza interna que, por sí sola y en cualquier momento, puede hacernos recuperar el equilibrio si así se lo permitimos. Tu Esencia es la versión más grande de ti mismo y la parte más avanzada de tu ser, esa que siempre está en comunión con el universo.
Hoy día las personas hemos cortado con nuestra Esencia y hemos perdido la conexión íntima que debemos establecer con ella en todo momento.
De esta forma hemos dado un paso atrás en nuestra evolución personal y, además, hemos creado lazos de dependencia con otras entidades. Entidades que son ajenas a esa versión iluminada de nosotros mismos.
Hablo, por ejemplo, de ese trabajo que no nos gusta, de los vicios que destruyen nuestra salud, de los puntos débiles de nuestro carácter o incluso de las redes sociales, que absorben nuestro tiempo para compensar nuestros vacíos personales.
Con este cambio, nuestros pensamientos, actitudes y acciones dejan de estar en consonancia con nosotros mismos y pasan a estar alineados con esas entidades tóxicas. Esto nos lleva a experimentar frecuentes estados de ánimo negativos, tomar decisiones erróneas y realizar acciones desafortunadas.
La única forma para sostenernos en un plano de conciencia elevado es conectando con nuestra Esencia. Tu Esencia es amor universal, compresión, empatía, bondad, amabilidad, calma, serenidad, perdón, humildad…y, por tanto, estar en armonía y en conexión con ella supone manifestar externamente todas estas cualidades.
Así pues, si tus pensamientos albergan dolor, ira o resentimiento; si tus actitudes manifiestan odio, impaciencia o miedo y si tus actos están contaminados por todo ello, es porque has desconectado de tu Esencia. Entonces empiezas a crear tu vida a partir del ego, de las opiniones ajenas a ti mismo y de las circunstancias negativas de la vida.
En ese momento, te conviertes en mensajero del miedo, del dolor y del pesimismo. Y todos sabemos, de un modo u otro, que ese no es el camino que nos conviene.
Por tanto, cuando percibas que algo no está bien en ti, cuando te sientas mal por algún motivo o cuando albergues demasiados sentimientos de tristeza, ansiedad o miedo sólo necesitas una cosa: reconectar con la parte más profunda de ti mismo”.
¿Qué ocurre cuando te conectas a tu Esencia?
Llegados a este punto es cuando debería dar la clave o la fórmula mágica que permite reestablecer la conexión con tu Esencia y poder mantenerla durante el mayor tiempo posible.
Sin embargo, lo importante ahora es saber qué sensaciones experimentas al conectar con tu Esencia para que seas consciente de esos momentos de conexión o desconexión, lo cual te permitirá tomar medidas en función de ello.
Y lo que ocurre cuando estás conectado es que, de forma automática:
- Experimentas un cambio de polaridad en todos los planos de tu ser, desde tus pensamientos hasta tus actos, pasando por tus actitudes y creencias.
- Recuperas el optimismo, renace la seguridad en ti mismo y la calma vuelve a instalarse en tu vida.
- Te apetece estar con los demás para darles lo mejor de ti y tiendes a ser más amable, servicial y cariñoso. Y pasas de la oscuridad y la confusión a ver la luz desde un estado de mayor claridad mental.
Cuando conectas con tu Esencia conectas con el propio universo alineándote con él como si fuerais uno solo.
En ese momento la vida se convierte en algo mágico donde aparecen personas clave en los momentos adecuados, surgen oportunidades insólitas cuando menos lo esperas y tienes golpes de suerte providenciales en los momentos más complicados.
Desde este estado de conexión, la vida pasa de ser un drama a ser un juego. Y la realidad deja de ser un suplicio para convertirse en una sucesión de oportunidades que nos permiten mejorar.
Cuando estás conectado con tu Esencia ya no te sientes solo, débil o desamparado sino que te sientes con suficiente fuerza y energía para realizar con éxito cualquier proyecto o empresa que quieras llevar a cabo.
¿Qué ocurre cuando pierdes la conexión?
Por supuesto, también puede sucederte lo contrario; especialmente cuando sientes que algo no es conveniente, que una decisión no es la correcta o que cierta forma de actuar no es la adecuada pero, a pesar de todo, acabas llevándola a cabo en tus acciones y decisiones.
Es entonces cuando la vida tiende a convertirse en una lucha constante en la que nada fluye y en la que tienes la sensación de estar nadando contracorriente.
Todo se convierte en algo extremadamente costoso. Te desgastas, te sientes perdido y, finalmente, acabas sintiéndote desdichado, frustrado y desequilibrado.
Este el gran sentimiento social generalizado de nuestros tiempos y uno de los orígenes de las grandes crisis existenciales de nuestra sociedad.
La causa es la desconexión con nuestra Esencia, y es que hoy en día hemos aprendido a focalizar nuestra atención y energía en lo externo en lugar de centrarnos a lo interno, donde reside la verdadera sabiduría.
En todo caso, hay una cosa que tengo clara: cuando estoy conectado con mi Esencia empiezo el día con buen pie, hago mi trabajo con gusto y la vida me parece un juego apasionante que merece la pena ser vivido. Así que, cuando te despiertes por las mañanas o tengas un mal día, no olvides conectarte.
Y tú ¿Logras vivir conectado con tu Esencia?
carolina dice
Bellisimo! vivo conectada con mi esencia- Gracias vida, y feliz de que otras personas como vos, vivan de la misma forma! buena vida, buena energia para ti.
Ubay Serra Sánchez dice
Hola Carolina,
Me alegra oír que vives desde la conexión con tu Esencia; es lo más complicado y, a la vez, lo más simple de la vida.
En mi caso, intento también vivir conectado, a pesar de que estamos rodeados de influencias que facilitan que dejemos de lado la parte más genuina de nosotros mismos.
Espero que este artículo pueda ayudar un poco a mantener esa conexión sagrada.
Gracias por pasarte por aquí y dejarnos tus impresiones.
¡Un abrazo!
Laura dice
La vida es mágica para mí ,amo estar aquí aprendiendo todos los dias algo nuevo y en compañíade los que me rodean. Ademàs me siento diferente a los demàs al estar conectada con la esencia. Es como un secreto esto de la conexión, no lo cuento porque pueden pensar que estoy loca, pero sí lo vivo y lo disfruto dia a dia. Amo la vida
Ubay Serra Sánchez dice
Hola Laura,
Pues no dudes en contarnos más sobre tus sensaciones y experiencias, estoy seguro que muchas otras personas se sentirán identificadas con esas vivencias y, tal vez, se sentirán también motivadas a compartirnos sus percepciones sobre lo que es conectar con la Esencia.
Un fuerte abrazo
Guillem dice
Esto que tú llamas esencia, hay otras personas que lo llaman Dios. ¿Qué es Dios? Dios es amor. ¿Y qué es el amor? Es la ausencia de odio, de resentimiento, de rencor, de miedo, de ansiedad, de depresión… es ver llegar tus emociones (ego), reconocerlas como la voz del diablo y verlas como algo externo a ti que puedes descartar. Basta con hacerse consciente de estar sintiendo una emoción para empezar a dejar de sentirla, porque puedes ver que es el espíritu de la oscuridad, y no tu esencia, quien está tratando de manipularte.
El amor, Dios o la esencia es estar presente al 100% sin pensamientos que atoren tu cabeza y sintiendo amor y compasión por todas las cosas y personas que te rodean por igual. Yo estoy en proceso de vivir en este estado. Lo he experimentado en algunos momentos concretos y es lo más INCREÍBLE que hay.
Los hombres podemos conectarnos a esa fuente de amor de forma natural. Hoy la sociedad está como está tras generaciones de hombres débiles que jamás conocieron el amor. Lamentablemente, para una mujer es muy complicado despertar al amor (por no decir imposible), si nunca recibió el amor verdadero (la esencia) de su padre o, ya de adulta, de un hombre, su pareja, su marido. El Dios de la mujer que no ha recibido amor, con todas sus emociones, es el ego.
La verdad es esta: los hombres estamos hechos para dar amor. Las mujeres, para recibirlo del hombre, reflejárselo y, después, transmitirlo a sus hijos.
Si eres un hombre y estás leyendo esto, busca ese amor en ti. Busca a Dios dentro de ti, no en las iglesias, las riquezas o los asuntos del ego. Reflexiona sobre el dolor, el resentimiento y el odio que te causaron TUS PADRES y PERDÓNALOS. Sé honesto, valiente y bondadoso y habla con ellos. Volverás a conectar con la fuente natural del amor a la que todos los hombres tenemos acceso.
Cuando el hombre despierte al amor, la mujer le seguirá. Y a ella, los hijos de ambos. Y de este modo, el amor se restablecerá y volverá a haber paz en el mundo.
Ubay Serra Sánchez dice
Gracias GUillem por la profundidad de tu mensaje, que tiene mucho contenido y matices.
El único apunte personal que yo haría es que yo veo tanto al hombre como a la mujer como fuentes directas de amor, pues ambos tenemos una Esencia que -como tú mismo comentas- es parte de la naturaleza de Dios. No concibo la imagen de la mujer como un ser dependiente del amor que un hombre le pueda dar para luego poder reflejarlo y transmitirlo a otras personas.
En cualquier caso, gracias por tu bonita aportación.