Saber gestionar las emociones supone un verdadero reto para cualquier persona.
De hecho, me aventuraría a decir que la parte emocional del ser humano es la más difícil de gestionar de todas, en especial, cuando se trata de emociones negativas.
Apuesto que en más de una ocasión has perdido el control a causa de un ataque de ira, has sido preso de una intensa tristeza de la que no sabías escapar o has sufrido una insoportable sensación de frustración o angustia a causa de un amor no correspondido.
¿Qué podemos hacer para recuperar el equilibrio en cada uno de estos ejemplos? ¿Debemos dejar que las emociones se apoderen de nuestros actos, pensamientos e incluso de nuestro destino? ¿O tal vez podamos hacer algo al respecto?
En este artículo intentaré dar respuesta a estas cuestiones explicándote la técnica de trasplante emocional. Pero antes, es importante que te cuente cómo…
1. Disfrutar de los sentimientos negativos para crecer
Lo que más problemas lleva a nuestra vida son aquellos sentimientos o emociones que nos suscitan sensaciones desagradables o negativas. Por tanto, centrémonos en estos últimos.
El primer paso para saber gestionar los sentimientos negativos no es intentar cambiarlos o eliminarlos de nuestro día a día, sino más bien observarlos y entenderlos para poder verlos de otra forma. Cuando lo logramos, este cambio de percepción nos ayuda a gestionarlos mejor y, en muchas ocasiones, hace que ya no nos resulten molestos. Es más, acabamos percibiéndolos como algo necesario e incluso positivo para nuestra vida.
Para llegar a ese punto, es tan sencillo como interiorizar algunas reflexiones al respecto y, por tanto, me gustaría compartir contigo algunas de ellas:
Experimentar una variedad de emociones y experiencias es vivir en plenitud
Sólo habiendo experimentado emociones negativas mediante la propia experiencia (o la de los demás) es posible disfrutar luego de las positivas: el hecho de vivir sentimientos de cólera nos ayuda a valorar después los de calma, experimentar tristeza nos permite disfrutar más tarde los momentos alegría, y sentir frustración y fracaso nos permite más adelante gozar de nuestros triunfos, así como del logro de nuestros objetivos.
En definitiva, experimentar la mayor variedad de experiencias y sentimientos posibles en la vida le da a nuestra existencia la riqueza necesaria para poder crecer y disfrutar plenamente de ella.
Los ciclos y el lado positivo de toda experiencia y sentimiento
Debemos ser conscientes de que todo en la vida es cíclico, incluyendo los estados de ánimo y los sentimientos. Y todos los ciclos tienen, por lo menos, dos características comunes que podemos aprovechar.
La primera es que tienen una duración limitada. Por tanto, cuando la tristeza, la ira, el pesimismo, la frustración, el desespero o la apatía se apoderan de nosotros es bueno tener en mente que en breve va a llegar otro momento de alegría, calma, optimismo, satisfacción o motivación que va a compensarlo. Así pues, cualquier momento malo no es más que el preludio o la antesala de otro momento bueno que está por venir.
La segunda característica de un ciclo es que, sea cómo sea, éste siempre nos aporta enseñanzas y aprendizajes que nos ayudan a evolucionar. Por consiguiente, hay que intentar pasar a través de ellos con naturalidad y alegría, y en lugar de percibirlos como un castigo o una desgracia, es mejor tratar de verlos como una experiencia de crecimiento que nos convierte en mejores personas.
2. La técnica de trasplante emocional
Las emociones sí pueden modificarse
Cuando hemos experimentado lo necesario con todo tipo de sentimientos y emociones y hemos aprendido disfrutar incluso de las más negativas para crecer, es cuando podemos dar un paso más allá.
Este paso consiste en elegir aquellas emociones que queremos experimentar de forma prioritaria y comenzar a manipular aquéllas que nos impiden mantener nuestro equilibrio, sentirnos mejor o cumplir nuestros objetivos.
Aquí quiero dejar clara una cosa: contrariamente a lo que sostienen muchas personas, sí es posible manipular nuestros sentimientos y emociones. No estoy de acuerdo con la creencia limitante de que las emociones o sentimientos vienen como vienen, escapándose completamente al control de nuestra voluntad o de cualquier acción o estrategia que podamos llevar a cabo para modificarlas.
Con el entrenamiento y las técnicas adecuadas, todo es en mayor o menor medida controlable, manipulable o gestionable de la mejor forma posible para nuestros intereses y necesidades. Y si hablamos de sentimientos y emociones, te aseguro que es posible transformar de forma consciente la tristeza, el temor, la ansiedad o la depresión en alegría, amor, tranquilidad o felicidad.
A continuación, voy a mostrarte una forma de conseguirlo que yo mismo utilizo: la técnica de trasplante emocional:
Preparando el trasplante emocional: escuchar la emoción negativa y limpiarla de tu plexo solar
Los sentimientos y emociones suelen ser una consecuencia de nuestra interpretación de las circunstancias que los producen. Por tanto, si queremos manipularlos sólo debemos centrarnos en su lado positivo, tal y como comentaba anteriormente.
Sin embargo, a veces, nuestra visión positiva no es lo suficientemente intensa para permitirnos realizar un cambio perceptivo significativo a nivel interno. En este caso podemos facilitar este proceso aplicando la técnica del trasplante emocional.
Para ello, el primer paso consiste en identificar el momento en que una emoción negativa se manifiesta, llámese tristeza, ira o frustración. Ello nos resultará fácil, si somos capaces de escuchar las emociones del plexo solar, el lugar anatómico donde éstas se manifiestan.
El siguiente paso consiste en realizar un trabajo de respiración profunda con el objetivo de limpiar esa emoción negativa de nuestro plexo solar, tal y como expliqué uno de mis artículos anteriores. De forma resumida, se trata de situarse estirado boca arriba o sentado y realizar respiraciones profundas. Durante la inspiración, imaginamos cómo una luz brillante y dorada entra en nuestros pulmones hasta llegar a nuestro plexo solar. Durante la espiración, visualizamos cómo exhalamos un aire de color grisáceo y oscuro que nos permite ir eliminando la emoción negativa que estemos intentando tratar. Realizaremos esta respiración de forma relajada durante unos instantes hasta que sintamos que la intensidad de la emoción va desapareciendo de forma paulatina.
Rememorar una emoción positiva y su origen
Seguidamente haremos un trabajo de autoprogramación mental. Para ello, le pediremos a nuestro subconsciente o, si queremos, a nuestra Esencia que, a partir de ese momento, cada nueva respiración nos ayude de forma automática a seguir eliminando el sentimiento negativo que estemos tratando.
De esta forma, podemos olvidarnos de dicho sentimiento negativo y de aquello que lo originó y centramos ahora nuestra atención en recordar un sentimiento positivo de alegría, plenitud, serenidad o amor que hayamos experimentado en algún momento de nuestra vida.
También debemos recordar las circunstancias vitales que originaron dicha emoción. Puede que se trate de la alegría de haber sido aceptados en la universidad, de la emoción que sentimos al ver nacer a nuestro hijo o de la satisfacción que experimentamos tras ayudar a un anciano a cargar la compra hasta su casa. Podría ser el amor a primera vista que sentimos el día que conocimos a nuestra pareja, la sensación de calma y liberación que tuvimos al terminar el último examen de nuestra carrera o el sentimiento de seguridad que sentíamos cuando vivíamos en el hogar de nuestra infancia.
Consumar el trasplante emocional
Cuando hayamos elegido nuestro sentimiento positivo y hayamos recordado circunstancias que lo ocasionaron, realizaremos el trasplante emocional, es decir, eliminaremos el sentimiento negativo inicial y lo sustituiremos por el positivo ¿Cómo lo hacemos?
Recordemos que estábamos en una posición cómoda realizando respiraciones profundas. Para realizar el trasplante emocional seguiremos visualizando cómo una luz dorada y brillante entra en nuestros pulmones y se dirige a nivel de nuestro plexo solar. Simultáneamente, nos concentraremos en recordar las circunstancias que hicieron posible la emoción positiva y de bienestar que hemos elegido e intentaremos sentirla y experimentarla justo en ese lugar anatómico.
Poco a poco, esa emoción positiva se irá instalando de forma consistente en nuestro plexo, el lugar de percepción emocional más importante de nuestro cuerpo. Para acelerar este proceso, podemos ayudarnos de apneas o pausas teleinspiratorias. Es decir, al final de la inspiración, mantendremos el aire en los pulmones de cuatro a diez segundos para que la emoción que queremos implantar se afiance en nuestro interior y podamos sentirla con toda su fuerza. Durante las espiraciones, seguimos visualizando cómo expulsamos un aire grisáceo que nos permite limpiar cualquier resquicio de la antigua emoción negativa que habíamos pedido eliminar.
Al cabo de unos instantes, sentiremos ya cómo la nueva emoción positiva se ha instalado de forma consistente a nivel de nuestro plexo solar y podremos percibirla con claridad a ese nivel. Por otro lado, no quedará ya ningún rastro de tristeza, ira, frustración o miedo, que habrá sido eliminada y sustituida por alegría, calma, plenitud o confianza.
Esta técnica es efectiva y bastante más fácil de realizar de lo que parece. Además, con la práctica adecuada, se puede llevar a cabo en pocos minutos en cualquier momento y lugar que deseemos.
Y de momento, eso es todo por hoy. Ahora, una vez descrita esta técnica, te paso la palabra:
- ¿Crees que las emociones pueden modificarse?
- ¿Qué opinas de la técnica de trasplante emocional?
- ¿Qué otras estrategias utilizas para lidiar con tus emociones negativas?
No dudes en dejar tu comentario y, si el artículo te ha gustado, ¡tampoco dudes a la hora de compartirlo en las redes sociales!
Teresa dice
Estoy de acuerdo en que se pueden manipular las emociones. Difícil pero se puede. Lo complicado en un momento de ira. por ejemplo. es cuándo paras, en qué momento y decices intentar el cambio.
Yo he probado en un momento de enfado (no ira, mi ira tiene vida propia), sonreir. Te descoloca.
O distraer al cerebro cuándo te vienen pensamientos tristes con otros. Sí se puede manipular.
Ubay Serra Sánchez dice
Sí Teresa, fácil no es, en eso estoy de acuerdo contigo. Ahora, asumiendo que sí podemos sólo hace falte que practiquemos y nos entrenemos ;-).
Efectivamente, la ira a veces se apodera de nosotros produciéndonos enajenamientos mental. Espero que poco a poco la vayas amansando. Yo más que en la ira, he tenido que centrarme en el rencor. Para la tristeza, el trasplante emocional resulta muy eficaz, así que espero que te sea de utilidad.
¡Un abrazo y gracias por comentar!
Augusto dice
Buenos días Ubay,
Enhorabuena por tu manera de entender la vida y por tus artículos. Te sigo desde que publicaste en VAM y me pareces de verdad un fenómeno. (Como Ángel y el resto de la comunidad VAM, ¡espectaculares todos!).
Este post tuyo no ha podido llegarme en mejor día, ya lo he puesto en práctica y me siento bastante mejor. Creo que voy a tener que seguir trabajando un poco más la limpieza de plexo pero mejor de lo que estaba antes de hacer los ejercicios de respiración y la tentativa de transplante emocional ya estoy 😉
Lo que son las cosas, parece ley de atracción, ayer casualmente leí un post de la técnica 4-7-8, la puse en práctica con espectaculares resultados. Estaba un poco nervioso, de estas veces que no estás en paz con el mundo sin motivo aparente y me puse a respirar con el patrón 4-7-8 y me quedé súper relajado, resultados inmediatos muy buenos, recuperación inmediata de paz interior.
Aguardo con interés tus próximas publicaciones. Por cierto, me encantaron las fotos de tu viaje por África.
Un fuerte abrazo campeón.
Ubay Serra Sánchez dice
¡Hola Augusto!
Gracias por tus palabras. Me alegro mucho que te haya servido el post y que te haya ayudado a la hora de enfrentarte a tus emociones. Sin duda, la emocionalidad humana es un caballo duro de domesticar que, muchas veces, se nos escapa de las manos.
Como has dejado entrever, las informaciones que necesitamos para seguir creciendo suelen llegarnos siempre en el momento adecuado. Estoy contento de que en este caso haya sido mi post.
Espero que mis próximas publicaciones sigan aportándote cosas positivas. Y muchas gracias por comentar, pues me animan a seguir produciendo buenos artículos 😉
¡Un abrazo y hasta pronto!
Jose dice
Me gusta! y por supuesto creo en ello.
Gracias Ubay
Ubay Serra Sánchez dice
¡Hola Jose! Me alegro que así sea.
Y espero que el artículo te ayude a ponerlo en práctica.
¡Un abrazo y gracias a ti por leerme y comentar!